Entre 1980 y 1992, un ejército de fuerzas insurgentes se levantó en armas contra el gobierno de El Salvador. Casi 20 años después, la directora Tatiana Huezo viajó a Cinquera, el pueblo salvadoreño donde nació su padre, para remover los escombros y retratar la memoria de su población.
Descrita por su realizadora como “un espejo de lo que está pasando en nuestro México”, la cinta no muestra cabezas parlantes ni escenas violentas, sino que ilustra los testimonios con la cotidianeidad de los sobrevivientes mientras sus voces (en off) hablan de la gente que perdieron, de sus tristezas e ilusiones, y de cómo reconstruyeron sus vidas.
AVE(@AloValenzuela)