Jess (Katee Sackhoff), una adicta en pleno proceso de recuperación, desea crear un vínculo mucho más cercano e íntimo con su hija, una rebelde adolescente llamada Chloe (Lucy Boynton), a quien renunció hace nueve años al dejarla en un orfanato. Por su parte, la joven es perseguida por una misteriosa y vengativa presencia sobrenatural después de haber golpeado dos veces la puerta de una casa abandonada, donde años atrás se llevó a cabo un perverso acto contra un niño.
Una puerta quizá no sea un elemento tan perturbador, pero su tendencia a rechinar o crujir de manera inesperada ha sido explotada por el cine de terror a lo largo de los años para producir tensiones al interior del relato y exabruptos en la audiencia al no saber qué se esconde del otro lado. No toques dos veces (Don't Knock Twice, 2016) recupera esta idea bajo una atractiva premisa asociada a una malvada bruja originaria de Europa del Este llamada Baba Yaga, cuya mitología señala que ella es una madre oscura capaz de abrir la puerta entre el infierno y el mundo humano. El director Caradog W. James (The Machine, 2013) recurre a silencios prolongados y momentos de misteriosa calma para construir una atmósfera incómoda, cuya eficacia y elegancia se quebranta desde el segundo acto cuando introduce excesivos giros de tuerca, torpes efectos visuales y una revelación final extremadamente predecible. Destaca la intensa dinámica de desconfianza entre madre e hija, una relación que funciona como la columna vertebral del relato en lugar de ser un mero artefacto melodramático. Por desgracia, la película se desbarata debido a la constante presencia de elementos ridículos que rompen con toda la lógica –el cine de terror también tiene reglas–; por ejemplo, si la malvada bruja puede entrar a cualquier habitación, independientemente de si la víctima abre la puerta o no, ¿por qué molestarse en golpear la puerta para anunciar su llegada?.
Fecha de estreno en México: 28 de abril, 2017.