Un hombre obsesionado con sus proezas sexuales (Fassbender) se enfurece cuando su caprichosa hermana se entromete en su vida ignorando sus necesidades emocionales. El argumento moralista de la trama permanece (el mujeriego debe aprender su lección) pero esta es una película en la que la mirada fija de la cámara penetra y captura algo más allá del puro drama, exhibiendo (¿desnudando?) y obscureciendo simultáneamente a su sujeto.
Steve McQueen mantiene la firmeza en su segundo lanzamiento. Aparentemente, desechó las primeras sesenta páginas del menos que original guión de Abi Morgan y, se dice, exigió algo más intensamente cinematográfico. Lo obtuvo.
Richard Parkin