Ted, un oso de peluche capaz de articular pensamientos y palabras, decide casarse con su novia, Tami-Lynn (Jessica Barth). Cuando el matrimonio no funciona como la pareja esperaba, ellos deciden que tener un bebé podría mejorar su relación. Ted le pide ayuda a su mejor amigo, John (Mark Wahlberg), para que éste participe como donante de esperma y el bebé pueda ser procreado mediante la fecundación in vitro. Cuando las autoridades se enteran de las intenciones de Ted, intervienen para declararlo “objeto”; ante la ley, Ted no existe debido a que no es un ser humano. Con la ayuda de Samantha (Amanda Seyfried), una joven abogada, los dos amigos emprenden una lucha legal para defender los derechos civiles del oso.
Tras el éxito de Ted (2012), su primer largometraje como director, Seth MacFarlane –creador de la irreverente serie animada, Family Guy– fracasó notablemente en taquilla con A Million Ways to Die in the West (2014), una sátira del western mal ejecutada, por lo que de alguna manera sentía la necesidad de levantarse y decidió darle continuidad a la historia del oso parlante. Los esfuerzos de Ted por ser esposo y padre, la lucha legal que emprende para ser reconocido como persona y no como un simple juguete, le permiten a MacFarlane hacer una similitud entre Ted y las luchas que, a lo largo de la historia de Estados Unidos, las minorías han emprendido exigiendo sus derechos más básicos. En una de las escenas, el oso y John están plácidamente acostados en el sofá y drogándose mientras ven una escena de Roots (1977) en la que el africano Kunta Kinte es azotado; Ted bromea diciendo que así se siente, como un esclavo negro siendo torturado por el hombre blanco y poderoso. El absurdo chiste sólo evidencia el poco conocimiento de MacFarlane respecto a la historia de su país y su nula sensibilidad ante el tema de la esclavitud. El director coloca a una mujer negra que explica “cómicamente” los orígenes de la esclavitud en América y, en varios momentos, él insiste en los vulgares comentarios de Ted y John respecto a los penes de hombres negros; éstos son sólo dos ejemplos de la pedestre forma en que el hombre blanco, sin un compromiso sincero, se apropia del relato racial que no le pertenece y que ni siquiera le interesa comprenderlo. Sin la intención de generalizar, la manera tan brusca y descarada con la que MacFarlane insiste en los chistes sobre razas, responde a una especie de trauma que padecen los estadounidenses blancos incapaces de asumir con seriedad el abanico multirracial que los conforma como nación. En última instancia, Ted 2 (2015) es una visión simplista sobre la lucha de los derechos civiles.
Fecha de estreno: 27 de agosto, 2015.