ROMA (2018), el más reciente filme de Alfonso Cuarón (Y tu mamá también, 2001; Gravity, 2013), es un drama en blanco y negro, filmado en 65 mm, presuntamente autobiográfico, que se desarrolla a lo largo de un año en la vida de una familia mexicana. Nada de eso podría deducirse de su primer adelanto, que opta por el tratamiento más o menos silencioso.
“El noventa por ciento de las escenas representadas en la película son escenas sacadas de mi memoria”, dijo Cuarón a IndieWire en su primera entrevista sobre la película, donde confirmó que también está en el mercado un lanzamiento teatral junto con un debut en Netflix. “A veces directamente, a veces un poco más oblicuo. Se trata de un momento que me dio forma, pero también un momento que dio forma a un país. Fue el comienzo de una larga transición en México”.
Aquí la primera sinopsis oficial del filme, cortesía del New York Film Festival:
La película -inspirada sutilmente en la autobiografía de Alfonso Cuarón- está ambientada en la Ciudad de México a principios de los años 70, para ubicar al espectador en el terreno físico y emocional de una familia de clase media, en cuyo centro está en silencio y sin pretensiones su querida niñera y ama de llaves (Yalitza Aparicio). El elenco es uniformemente magnífico, pero la verdadera estrella de ROMA es el mundo en sí mismo, completamente presente y vibrantemente vivo, desde eventos repentinos que transforman la vida hasta los más mínimos cambios en el estado de ánimo y la atmósfera. Cuarón cuenta una historia épica de la vida cotidiana mientras nos arrastra suavemente hacia una vasta experiencia cinematográfica, en la que el tiempo y el espacio respiran y se despliegan majestuosamente. Rodado en un impresionante blanco y negro y con un diseño de sonido que representa algo nuevo en el medio, ROMA es una obra verdaderamente visionaria.
Trad. EnFilme
Fuente: The Film Stage