Además de ser un clásico de la Navidad, la comedia romántica escrita y dirigida por Richard Curtis, Love Actually (2003), ha probado ser visionaria. Pues ya en el 2003 imaginaba a Estados Unidos representado por un mandatario bully (claro, en la película es un santo contra lo que estamos viviendo ahora). Pero por su naturaleza optimista, la película no imaginó que muchos de los mandatarios del mundo responderían de maneras tan agachonas. Al contrario, le planta enfrente a un Primer Ministro íntegro y valiente.
La película tiene una escena en la que se espera que el Primer Ministro británico (Hugh Grant) actúe según los protocolos. Pero él, consciente del carácter destructivo de su homólogo y enamorado de una de sus víctimas, decide seguir su corazón y poner sus valores en primer lugar, así es que después de que el presidente estadounidense avienta su discurso vacío pero amable, él contesta de la siguiente manera:
"Me encanta esa palabra 'relación'. Es una forma de enfermedad ¿no? Me temo que esta se ha convertido en una mala relación. Una relación basada en el presidente tomando exactamente lo que quiere y casualmente ignorando todas las cosas que realmente le importan a Inglaterra. Quizá somos un país pequeño. Pero también somos un gran país. El país de Shakespeare, Churchill, los Beatles, Sean Connery, Harry Potter, el pie derecho de David Beckham... hasta de su pie izquierdo. El amigo que nos bullea, no es nuestro amigo. Así es que como los bullies solo responden a la fuerza, me preparé para ser mucho más fuerte. Y el presidente debería ponerse a la práctica".