La mente fértil de Lars von Trier ha remanufacturado los idilios del cine durante cuatro décadas. Desde el desarrollo del estilo Dogma 95 con el también director Thomas Vinterberg hasta ganar numerosos premios en Cannes y otros importantes festivales, von Trier ha hecho un nombre por sí mismo y se ha convertido en una voz única del cine contemporáneo como director y como un crítico de la manera en que el cine debe hacerse, según sus ideales estéticos.
En un nuevo videoensayo de Channel Criswell, la carrera de von Trier y sus idiosincrasias son elogiadas y deconstruidas para explicar sus filosofías y metodologías con la intención de entender mejor de dónde proviene el director. Von Trier se resiste a la caracterización; él prefiere plantear y responder preguntas sobre la vida en sus filmes empujando los límites y obligando a la audiencia a preocuparse por los personajes desde el principio, como en Melancholia, donde el destino de todos se determina desde la primera secuencia. Él cree que es bueno tener limitaciones; mediante la eliminación de ciertas técnicas se pone restricciones a sí mismo, por lo que él, su elenco y su equipo de producción se ven obligados a llegar a algún otro lugar para las representaciones emocionales que necesitan.
En Dogville, por ejemplo, el reto consiste en la relación del actor con el espacio, mientras que Rompiendo las olas y Bailando en la oscuridad tienen un enfoque más humanista y se centran en los corazones de las protagonistas, aunque estos conceptos humanos se acentúan a un nivel casi metafísico. La realidad puede parecer desconcertante y sombría, y eso se debe a la propia creación de von Trier, una división entre la imaginación y el simbolismo.
Para cualquier seguidor de von Trier, este videoensayo es una mirada profunda y brillante sobre el trabajo del autor danés.
LFG (@luisfer_crimi)
Fuente: The Playlist