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Milena Canonero: El placer visual del vestuario
Publicado el 10 - Dic - 2013

 
 
  • Cada una de las formas, de las líneas, de los pliegues elegidos por Milena Canonero permiten que el vestuario de un filme conspirare con su entorno cinemático para crear una historia llena de poder visual.  - ENFILME.COM
  • Cada una de las formas, de las líneas, de los pliegues elegidos por Milena Canonero permiten que el vestuario de un filme conspirare con su entorno cinemático para crear una historia llena de poder visual.  - ENFILME.COM
  • Cada una de las formas, de las líneas, de los pliegues elegidos por Milena Canonero permiten que el vestuario de un filme conspirare con su entorno cinemático para crear una historia llena de poder visual.  - ENFILME.COM

Por Jaqueline Avila (@franzkie_)

"El arte siempre ha tenido un gran impacto en el enfoque de mi trabajo ... Las películas están ahí para siempre, no hay interferencia; una vez terminada, la película es un hecho."

 

Botas skin negras, camisa blanca ajustada, pantalones blancos sujetados con unos tirantes que pasan por encima de la camisa, blower hat negro sobre la cabeza, un delgado paraguas también negro en las mano izquierda y el ligero maquillaje que enmarca la pestaña postiza en el ojo derecho… No es necesario decirlo, se trata del emblemático vestuario de Alex DeLarge y los drugos de A Clockwork Orange (La naranja mecánica, 1976) de Stanley Kubrick, la primera colaboración cinematográfica de Milena Canonero antes de convertirse en una de las más importantes y reconocidas diseñadoras de vestuario del cine. Su trabajo se hizo esencial para las cintas en las que ha contribuido. Algunas pruebas: Barry Lyndon (Stanley Kubrick, 1975), Carros de fuego (Chariots of Fire, Hugh Hudson, 1981), El ansia (The Hunger, Tony Scott, 1983), Cotton Club (Francis Ford Coppola, 1984), Memorias de África (Out of Africa, Sydney Pollack, 1985), Dick Tracy (Warren Beatty, 1990) o Maria Antonieta (Marie Antoinette, Sofia Coppola, 2006).

Con un estilo impecable en cada uno de sus diseños, Milena Canonero es una mujer que ha sabido emplear la clase, el encanto y la creatividad para construir, de acuerdo a las imágenes que su mente concibe, un modelo cinematográfico que cuenta una historia a través del vestuario.

Milena Canonero nació en Turín, en 1946. La italiana estudió arte, historia del diseño y diseño de vestuario en Genova. Después se mudó a Inglaterra, donde comenzó a trabajar en pequeñas producciones de teatro y cine. Si bien a través del diseño de publicidad en Londres conoció a muchos cineastas, su primer trabajo cinematográfico importante como diseñadora de vestuario fue con Kubrick en A Clockwork…:

Yo estaba estudiando en Londres y por mi novio conocí a Stanley . En una cena con su esposa y otros amigos me preguntó a quemarropa si quería hacer el vestuario de A Clockwork Orange. Todavía estudiaba, yo no sé si yo hubiera hecho la película. Para una mujer no era fácil entrar en ese ambiente, pero yo soy una persona que nunca se rinde. Entonces aprendí a coser trajes, para hacer las cosas más prácticas.

La obsesión por la precisión del director estadounidense se conjugó a la perfección con el espíritu de original creación, estilo y minuciosidad que firmaban el trabajo de Canonero.

 

   

El primer Oscar en la carrera de la diseñadora, que en alguna ocasión expresó su deseo de vestir a “Steve Jobs, mi héroe” [en sus propias palabras], viene con Kubrick y la cinta Barry Lyndon: Milena Canonero se inspiró en las escenas de Inglaterra a partir de obras pictóricas de Thomas Gainsborough, Joshua Reynolds y el pintor alemán Adolph Menzel para realizar las prendas de la cinta que retoma la novela de 1844 de La suerte de Barry Lyndon de William Makepeace Thackeray sobre las hazañas de un irlandés aventurero del siglo XVIII. 

  

  

    

  

  

 

A Stanley también le concedería los representativos jerseys que porta Danny en The Shining, con el bordado del cohete Apolo 11 que tantas teorías en torno al filme ha levantado, y el par de inocentes vestidos de tela azul estampada con puntos blancos y dos moños de listón blanco al frente de la cintura de las gemelas Grady, hijas de Delbert Grady, que al mancharse con el carmín de la sangre de sus dueñas, componen uno de los momentos más tétricos e inolvidables de la cinta.

  

  

  

  

La expresión estética del genio de Milena Canonero y su cristalización en diferentes películas permite ver al vestuario que es, sin duda, una característica importante para la lectura de un filme, no sólo a partir de la forma en que ciertas películas han influido en el mundo de la moda (Breakfast at Tiffany´s, 1961), de las estrellas de cine que han sido iconos de tendencias (James Dean y la t-shirt blanca) o del cómo el atuendo opera en relación a la estrella (Marylin Monroe y su volátil vestido blanco):

La palabra vestuario tal vez es un poco limitante pues, en algunos casos, es casi otra dirección. El diseñador de producción en el sentido más amplio del término es una definición creada con William Cameron Menzies por su trabajo en Gone with the Wind, ya que se hizo cargo de la escenografía y los muebles, pero también del technicolor y el diseño de personajes. Incluso dirigió algunas escenas de la película. Ahora nadie lo hace. En mi opinión, nuestro título costume designer termina siendo una reducción semántica.

Canonero recibió el Oscar dos veces más por Carros de fuego (1981) de Hugh Hudson y 25 años más tarde por María Antonieta de Sofia Coppola. Para la historia de Hudson sobre dos jóvenes británicos que participaron en los Juegos Olímpicos de 1924, Canonero expuso la sastrería británica en su ala más lozana con formas perfectamente ajustadas al torso y espalda masculinas en telas como el tweed, cuyo nombre proviene del río escocés homónimo, que daba una textura flexible y suave pese a la irregular apariencia de su tejido en los diferentes atuendos.

  

   

  

En María Antonieta, Canonero se enfrenta a las limitaciones de tiempo y espacio en, sus diseños. Pese a insertarse en una determinada época, el opulento Versalles de los últimos albores del siglo XVIII, los vestidos son deliberadamente actuales: hay una referencia cruzada con la moda y la cultura juvenil actual –al menos del siglo XXI- que le dice al espectador que la cinta de Coppola es más sobre adolescentes y no realmente sobre el fin de la monarquía francesa. 

  

  

La licencia estilística de Canonero, que es visible, por ejemplo, en los motivos florales de los vestidos de Maria Antonieta que parecen ser uno mismo con las paredes de sus palacio, le permitió, por un lado, crear una autorreflexión en la que el vestuario indica que la cinta es ficción –y no un fiel retrato de la época- y, por otro, en lugar de reproducir una versión cinematográfica de los vestidos y tocados de los tiempos de la reina María Antonieta, construir una nueva estética, aderezada con zapatos del diseñador español Manolo Blahnik y un par de tenis Converse azul cielo, con la riqueza de la indumentaria de hace más de dos siglos.

  
  
  
  

Canonero recibió otras cinco nominaciones por su trabajo en el vestuario de películas como Out of Africa, donde vistió la silueta de Meryl Streep en sensuales trajes de lino, inmaculadas blusas y ceñidos pantalones para montar:

En el vestuario, como en el paisaje, las envolturas son fundamentales. El vestido es la piel del personaje que el actor utiliza para convertirse en otra persona. Usted debe saber cómo ser cuidadoso, no tener la tentación de escuchar sólo las sugerencias de los propios artistas, pero tampoco dejar de lado la colaboración con todo el mundo. E incluso si el director y los actores imponen barreras , debe tener los conocimientos necesarios para influir fuertemente en la película: no eres un maestro, o una muchacha que va de compras, uno quiere dejar una huella, que una el concepto del director, del actor y, por supuesto, tu visión.

  
    
  

Milena también ha colaborado con Wes Anderson que, dueño de una reconocida, particular y exquisita estética, obtuvo de la mente de la italiana –y su predilección por los uniformes- el vestuario de la tripulación de The Life Aquatic with Steve Zissou (2004): trajes azules de poliéster, sudaderas deportivas de estilo retro, gorros rojos y un par de Adidas modelo Zissou especialmente creados para el filme que hicieron del personaje de Bill Murray una especie de estereotipo de la vestimenta andersiana. En The Darjeeling Limited (2007), por el contrario, Canonero sustituyó los ya clásicos tenis de la firma alemana, por tres trajes firmados por el diseñador norteamericano y excreativo in chief de Louis Vuitton, Marc Jacobs, para ataviar a Owen Wilson, Adrien Brody y Jason Schwartzman a lo largo de su travesía.

  

  

  

  

La idea de estar detrás de la cámara, dirigiendo, es una posibilidad para Canonero sin embargo, la italiana cree que tal vez no sea su destino, pese a que estuvo al mando junto a Loris Lai del video “Love is requited” de la cantautora italiana, Elisa Toffoli:

Me pasó dos veces (querer dirigir), pero la impresión es que esos proyectos, al final, no eran adecuadas para mí. Stanley Kubrick me dio oportunidades increíbles: en tres de sus películas fui el director de doblaje y fue muy informativo, me hizo entender el complejo papel de los que dirigen una película. La idea me hizo cosquillas siempre, pero por una razón u otra no lo he hecho.

  

Así, la diseñadora italiana lo mismo puede ponerse a servicio de grandes producciones con cientos de extras como Carros de Fuego, que un filme en el que sólo hay cuatro vestuarios para cuatro personajes, como Carnage de Roman Polanski. El más reciente trabajo de Canonero vendrá con las prendas de los personajes de The Grand Budapest Hotel de Wes Anderson y será en cada una de las formas, de las líneas, de los pliegues elegidos por esta artista en los que el vestuario conspirará con su entorno cinemático para crear una historia llena de poder visual.

   

  

  
  
 
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