Aunque Stéphanie es rescatada por Alain, su primer encuentro está lleno de desencanto y momentos desagradables, y ya desde este instante Audiard introduce la sangre y los huesos adoloridos como emblema de sus protagonistas.
El mosaico multidramático ofrece una vista panorámica del caos sin que necesariamente nos identifiquemos con alguna de las historias. Es probable que no lamentemos alguna de las muertes y que las medidas desesperadas que toma la población nos parezcan exageradas.