The Substance nos invita a cuestionar los extremos a los que estamos dispuestos a llegar como sociedad para satisfacer la mirada heteropatriarcal, que explota, consume y descarta los cuerpos femeninos una vez que alcanzan su fecha de caducidad
A 30 años de aquel despropósito del jurado, en el que le otorgaron la Palma de Oro a Pulp Fiction de Quentin Tarantino, por encima de Tres Colores: Rojo, esa obra maestra del genio Krzysztof Kieslowski, esperemos que una vez más el jurado presidido por un estadounidense, no vaya a concretarse otra...
Un filme argentino encabeza el listado de esta prestigiada publicación francesa que fue fundada por Godard, por Bazin y por Truffaut, que hace un par de años sufrió un convulso cambio de dirección editorial.
Filmes que, también llevaban a su máxima expresión en pantalla la derrota del amor, ese agridulce sabor (generalmente más agrio que dulce) que deja el ver que una relación no puede consumarse, incluso si es por el propio bien (¿será?) de sus involucrados.
Debido a que no habrá estrellas hollywoodenses en las alfombras rojas debido a la huelga de escritores y actores en Estados Unidos, sobran los grandes nombres de directores en esta edición del festival
Sophie, muchos años después, finalmente entiende a cabalidad lo que en aquellas vacaciones ya intuía: el esfuerzo, casi sobrehumano, de su padre por, pese a sus defectos y debilidades, pese a todo, ser un buen padre
La calidad muchas veces está peleada con la taquilla, sobre todo en el mercado estadounidense. Scorsese, PT Anderson, Tarantino, Cuarón, Jarmusch, Lynch, Spielberg, y muchos más lo han comprobado.
Momentos cruciales en filmes cuando el surgimiento de una rola de Bowie en la trama ha elevado el instante para hacerlo trascender; de Wes Anderson, a Lynch, a von Trier, Leos Carax así se han ayudado.
Bowie habló cándidamente sobre su persona artística, sus orígenes, las drogas, el caos pero, particularmente, sobre los alcances "inimaginables" del internet, con el legendario periodista británico.
Además de las adaptaciones de un par de sus libros, y muchísimas apariciones en televisión, Annie Ernaux presentó este año un documental que codirigió con uno de sus hijos recopilando filmaciones caseras familiares.
Una soberbia directora de orquesta en desgracia, un incendiario drama con tintes racistas sobre familias de inmigrantes en los suburbios parisinos y un par de jóvenes canibales enamorados en el segundo día veneciano.
Una nada insignificante porción de los filmes británicos de autor del 2002 han perdurado en el gusto de las audiencias en las dos décadas que han transcurrido.
Mientras un tren en movimiento -particularmente uno que se dispone a entrar a un tunel- largamante ha simbolizado al sexo, las estaciones de tren han hospedado historias de frustración sexual.
Es un compendio de las creaciones de Lynch, arrojando luces que brillan en los rincones oscuros de su mundo único, dando al público una mejor comprensión del hombre y el artista.
Kore-eda con otro emotivo drama familiar, Serra regresando al presente pero manteniendo la audacia y extravagancia, y Reichardt reflexionando acerca de la posición del artista independiente en la actualidad
Vintage Cronenberg en el que "la cirugía es el nuevo sexo", un homenaje de Valeria Bruni-Tedeschi a Patrice Chéreau y los Dardenne con otro dardo socialmente comprometido.
Guillermo del Toro reinventa el cuento clásico de Carlo Collodi de la marioneta de madera que mágicamente recibe la vida para poder aliviar el corazón de un carpintero en duelo.
Hoy que se cumplen 6 años del regreso de Bowie al Espacio Exterior, recuperamos estos trabajos que nos muestran de cerca aspectos que pocas veces se han visto.
El prestigioso diario británico The Guardian anualmente no solo elige los que, considera, son los mejores filmes de los 12 meses previos en el Reino Unido, sino que desde hace algún tiempo ha decidido hacerlo igualmente con los estrenados en Estados Unidos.
ha colaborado con directores como Danny Boyle, Cameron Crowe, Spike Jonze, Luca Guadagnino, Jim Jarmusch, Bong Joon-ho, Lynne Ramsay, los hermanos Coen, David Fincher y, por supuesto, Wes Anderson.
El guion está orquestado en forma de laberinto, primero en términos de plantear el enigma de no saber dónde terminan los sueños y comienza la realidad, y por la manera en que eso se refleja en la arquitectura misma de la casa en la que acontece buena parte de la trama.