Desde filmes clásicos hasta thrillers contemporáneos, brillantes muestras de cine que retratan la realidad de los casinos, la que todo mundo ve, pero también la que se oculta
Porque en un mundo que parece, se siente, cada vez más descompuesto, colmado de líderes populistas con rasgos de sociópatas, nos queda el hermoso refugio que es el cine, el buen cine.
El RSIFF se ha convertido en un protagonista dentro del calendario de los mejores festivales alrededor del mundo, ciertamente el más relevante de su región, siendo la plataforma ideal para proyectar lo mejor del cine de esa región.
El mundo empastelado de Anderson ha dividido simétricamente a la crítica; también el autorreferencial filme dentro de filme metatextual de Moretti; y todos coinciden que el remake de Breillat era innecesario.
Un espeluznante retrato de las maquiladoras de ropa infantil que trabajan en condiciones de explotación laboral en China es Youth (Spring) de Bing Wang; y una sórdida y dispareja inmersión en el mundo de los paramédicos neoyorquinos en Black Flies de Jean-Stéphane Sauvaire.
Una obra suprema de humanismo que entendido en toda su complejidad, reconoce que en el encontrar un genuino equilibrio entre los distintos modos de vida que cohabitamos el planeta, se juega el futuro de nuestra especie.
Clara Sola retrata un mundo que pese a desarrollarse en la apertura del espacio y la riqueza de lo verde y lo fresco, es opresivo y asfixiante, una estampa con la que muchas personas, en muchos sitios de Latinoamérica claramente se pueden identificar.
Ha participado en filmes importantísimos dentro del mundo de Hollywood y sagas que ya forman parte del selecto museo de películas más vistas de la historia reciente.
Una selección que, si bien orientada más hacia el cine de autor con filmes que se pasearon por los mejores festivales del mundo, también deciden incluir alguna que otra película con el sello comercial bien ostentado en su solapa.
Directoras y directores interesados principalmente en plantear cuestionamientos nada complacientes y, quizá, en algunos casos, aventurar algún esbozo de respuesta.
Podemos constatar que, en el 2022, se siguen haciendo extraordinarios filmes, capaces de conmover, de hacernos pensar sobre la vida, sobre nuestra vida, sobre la vida de los demás.
El Reino de Arabia Saudita hospeda una fiesta del cine que promueva la diversidad de voces de los países árabes y musulmanes, complementados con una muestra de lo mejor del cine occidental.
¿En qué se basó tan poderosa creación que suscitó una reacción de tanto miedo, de pavor, en la gran mayoría de los espectadores alrededor del mundo, llevando a algunos incluso al grado de la enfermedad y traumas de esos que no se quitan con el tiempo?
La ciudad más importante del mundo, multicultural, moderna, antigua, vibrante, llena de música, de arte, de moda, de deportes, de gran vida nocturna recibe los mejor del cine en 2022.
Es un compendio de las creaciones de Lynch, arrojando luces que brillan en los rincones oscuros de su mundo único, dando al público una mejor comprensión del hombre y el artista.
Directores famosos, con gran reputación o con cierto nombre y, preponderantemente, trabajando en Hollywood o en sus márgenes. Imaginemos lo que sucede con todo el resto de filmes del resto del enorme mundo…
Ha iniciado una nueva edición del Festival de Cannes, para mucha gente de cine, el más importante (en cuanto a prestigio y resonancia) de todos los que presentan anualmente los filmes con propuestas más arriesgadas, más logradas artísticamente.
El filme está proyectado en clave de comedia romántica pero con la inteligencia e ingenio que le permiten trascender el género, gracias al guion de Trier y su habitual coguionista, Eskil Vogt