Como al responder la petición de la lista el autor de cine estadounidense estaba en Francia, se inclinó por películas francesas. De Renoir a Desplechin.
Varios documentales, entre ellos el de un maestro chileno, un par de filmes animados, uno de un maestro japonés, algunas obras maestras, puro filme sobresaliente.
La lista anual de este fabuloso y excéntrico personaje que no teme incluir filmes que pocos se atreverían a considerar y tampoco se amilana al considerar los grandes filmes que otras listas incluyen y no pueden ser ignorados.
Hirokazu Kore-eda es un convencido de la esperanza implícita en el devenir de la vida. Ha reiterado en su obra que mañana -con un poco de fortuna- todo puede llegar a prosperar.
Una obra suprema de humanismo que entendido en toda su complejidad, reconoce que en el encontrar un genuino equilibrio entre los distintos modos de vida que cohabitamos el planeta, se juega el futuro de nuestra especie.
Podemos constatar que, en el 2022, se siguen haciendo extraordinarios filmes, capaces de conmover, de hacernos pensar sobre la vida, sobre nuestra vida, sobre la vida de los demás.
Revisamos dos ambiciosos filmes: uno que muestra los conflictos que padece el Libano contemporáneo y otro que atrapa el caos de la vida en la capital de Angola.
No es Bardo (o falsa crónica de unas cuantas verdades) ni la obra maestra que algunos quieren postular, ni el fiasco rotundo que otros desean sentenciar. Bardo conjura momentos geniales, otros de honda profundidad y unos más de una autocomplacencia feroz.
La ciudad más importante del mundo, multicultural, moderna, antigua, vibrante, llena de música, de arte, de moda, de deportes, de gran vida nocturna recibe los mejor del cine en 2022.
La crítica internacional coincide en que se trata de un filme espectacular, como de costumbre en Iñárritu, visualmente asombroso , profundamente personal, pero también fastidiosamente autoindulgente y narcisista. Muy entretenido.
Es un compendio de las creaciones de Lynch, arrojando luces que brillan en los rincones oscuros de su mundo único, dando al público una mejor comprensión del hombre y el artista.
Directores famosos, con gran reputación o con cierto nombre y, preponderantemente, trabajando en Hollywood o en sus márgenes. Imaginemos lo que sucede con todo el resto de filmes del resto del enorme mundo…
Guillermo del Toro reinventa el cuento clásico de Carlo Collodi de la marioneta de madera que mágicamente recibe la vida para poder aliviar el corazón de un carpintero en duelo.
Sus filmes eran personales, constantemente replanteando y retomando las mismas preocupaciones, desde crisis existenciales alrededor del sentido de la vida y el silencio de Dios, hasta el abordaje de una humanidad carnal, obsesionada con la sexualidad.
Hoy que se cumplen 6 años del regreso de Bowie al Espacio Exterior, recuperamos estos trabajos que nos muestran de cerca aspectos que pocas veces se han visto.
Las películas ambientadas en la vida universitaria sirven a muchos jóvenes para acostumbrarse a la idea previamente de cómo serán sus años en el campus.
Situado en Sicilia, su relato de nostalgia, drama y prosperidad que es Il Gatopardo se desarrolla a lo largo de los años finales del Resurgimiento italiano.
Es, en realidad, un cortometraje, pero es, también, un poema, uno que, además, sintetiza, en pocas palabras, con escasas imágenes, en apenas unos segundos, la filmografía de Terence Davies y, también es cierto, su propia vida.
Dos de los autores de cine fundamentales de los últimos 40 años. Uno alemán, el otro norteamericano. Ambos alimentados por la cultura popular, capaces de absorberla y transformarla en arte idiosincrácico.
Un análisis sobre las estrategias que emplea Andrea Arnold para narrar una historia sobre los deseos, la disensión y los sueños de las mujeres en la carretera.
Un drama ambientado en el siglo XVII que cuenta la historia de Benedetta Carlini, una monja visionaria cuya ascensión al poder fue frustrada cuando las autoridades de la iglesia descubrieron pruebas de su romance con otra monja.