No es fácil cargar con el peso de las revelaciones que son inaccesibles para los demás. Aunque desde el plano místico que lo plantea Apichatpong, queda claro que es apenas desde el sosiego que se consigue al arribar a ese punto, que todo, absolutamente todo, comienza a adquirir nuevos significados.
La realidad de modo costante, en el cine de Fellini, se diluye y funde con los sueños, los deseos, los recuerdos, las proyecciones a futuro; todo lo que la mente guarda y, con gran frecuencia, nos presenta como real.
Dividida en episodios narrativos inconexos, La Dolce Vita es el primer largometraje en el que el director Federico Fellini se aleja de los estándares estéticos y temáticos que había tomado del Neorrealismo italiano.
Rossellini nació en una familia de empresarios del ámbito cinematográfico, empezó a trabajar como director y montador de cortometrajes en el Istituto Luce de Roma y desde temprano manifestó una voluntad documentalista.