Mientras Luna Marán va recabando datos, reconfigurando recuerdos, limando relaciones con sus hermanos, madre y padre, nos revela la figura de Yim, un hombre comprometido con su comunidad, cantautor bohemio, enamoradizo, líder activista e intelectual de la región y, como reconoce, empedernido bebedor de mezcal.
Lo que provoca el presenciar Tarnation (2004) es simple y sencillamente el infierno. Ni cintas de tan sórdidos realizadores como Harmony Korine (Gummo, 1997), Todd Solondz (Happiness, 1998) o Gaspar Noé (Irreversible, 2002) logran desesperanzar tanto al espectador como lo hace Jonathan Caouette, víctima del mundo,...