Terence Davies fue alguien que entendía con claridad, y ejerció a cabalidad, la naturaleza del cine como arte, uno con su propio lenguaje, sus propios códigos, sus muy particulares y únicas posibilidades.
Es, en realidad, un cortometraje, pero es, también, un poema, uno que, además, sintetiza, en pocas palabras, con escasas imágenes, en apenas unos segundos, la filmografía de Terence Davies y, también es cierto, su propia vida.