Conoce un cineclub: El cine mexicano contemporáneo en Cuernavaca

Por Julio Enrique Macossay (@makoss1)

Kubli y yo nos acercamos al Museo de Ciencias de Morelos, construido donde antes estaba la Penitenciaría de Atlacomulco. Entramos al edificio, y pronto nos encontramos en el auditorio donde en unos instantes comenzará la función. Es más grande de lo que esperaba. En poco tiempo Carlos Kubli ya ha prendido las luces y preparado el proyector. Ya sólo falta que llegue el público al auditorio para comenzar la función. Pronto, algunas personas comienza a entrar y Kubli saluda a unos cuantos y platica con otros. El reloj marca las 7:15, en este ambiente íntimo Kubli presenta la película, Te extraño, de Fabián Hofman, y así comienza la función.

Antes de la proyección platiqué un poco Kubli en el centro cultural Sie7eocho, ubicado en una gran casa con jardín que también le sirve de hogar. Ese lugar en ocasiones ha fungido como sede de su cineclub. Sentados en la terraza de su casa, Kubli me habló del nacimiento de CineKiubs. Nació como una idea planteada por dos amigos en una ya lejana noche del 2005. Los amigos eran Kubli y Everardo González, el director de Cuates de Australia (2011). Este último acababa de pasar un trago amargo; su multipremiada opera prima, La canción del pulque, sólo estuvo una semana en cartelera, mientras que películas como Harry Potter entraron con una gran cantidad de copias por varias semanas.

Con esto en mente se plantearon la posibilidad de abrir un espacio alternativo para la proyección de películas mexicanas contemporáneas. Éste fue el origen del concepto del espacio en que se convertiría CineKiubs, llamado así por el apodo de Kubli.

A lo largo de los años la idea ha pasado por varias transformaciones y se ha ubicado en distintos lugares, desde el famoso bar Pasagüero, en el centro del D.F., hasta el Palacio de Cortés en Cuernavaca. En una primera etapa no sólo se invitaba a los directores de los filmes que se proyectaban, además se les daba una copia de la cinta a los espectadores. Surgieron varios problemas, por lo que esta práctica tuvo que cesar. Sin embargo, tener directores invitados se ha vuelto toda una tradición en este cineclub. En estos dos años y medio que tiene de vida, ha hecho aproximadamente cien funciones con presencia de alguno, entre los que se han encontrado Everardo González, Andrés Pardo, Yulene Olaizola, Alejandra Islas, Elisa Miller e Inti Cordera. En parte, su éxito se debe a que se establece una de esas situaciones en las que todos salen beneficiados: el realizador, porque puede conocer las reacciones y las distintas interpretaciones que los espectadores tengan de su cinta; el público, porque al interactuar con los directores pueden sentirlos cercanos a ellos y a sus películas. Así, se genera una dinámica que las salas comerciales no ofrecen. Por ejemplo, cuando fue Andrés Pardo a presentar Buscando a Larisa -filme que documenta la búsqueda de una niña que aparece en unas películas caseras que el director compró en un tianguis- inspiró a los espectadores a recuperar sus recuerdos a través cintas caseras, fotografías u alguna otra memorabilia, y valorarlos. Lo cual ha dejado satisfecho al director porque ha cumplido su objetivo de que la gente se dé cuenta de la importancia de esos objetos que suelen dejar olvidados en un cajón y, precisamente, ha hecho al público comprender algo de su cotidianeidad a lo que no le darían importancia si no fuera por la cinta. Justo es el tipo de razones que han llevado a Kubli a pasar documentales  de este tipo en su cineclub.

Esa precisamente, la formación de públicos, es una de las metas principales de CineKiubs. El objetivo parte del hecho de que debido al expansionismo del mercado cinematográfico estadounidense que acapara el mayor porcentaje de las salas del país, el mexicano promedio prácticamente desconoce la oferta del cine nacional. Al estar frente a la taquilla a punto de comprar el boleto, la mayoría opta por películas palomeras gringas sobre cintas de mayor profundidad, honestidad y mejor realización como El lugar más pequeño (2011). Como bien apunta Kubli, al ver películas filmadas en una realidad más cercana a la suya, los espectadores se identifican como jamás lo harían con mega producciones como Prometheus, por citar algún caso.  

Los créditos finales aparecen al terminar la película. Las luces no se encienden hasta que la última letra ha desaparecido de la pantalla y la imagen regresa al menú inicial. Kubli invita a los asistentes a comentar sus impresiones. Una señora toma la palabra para referir cómo es que el filme logró evocarle el México de los setenta, casi como si fuera una ventana donde pudiera ver una parte de nuestro país que ya no existe. Nadie más hace comentarios y Kubli cierra la sesión recordándoles que la próxima semana está agendada la peruana Gregorio del Grupo Chaski, la primera película latinoamericana que proyectará CineKiubs. Al final, todos dejan el auditorio satisfechos y se despiden de mano de Carlos recordándole que lo verán la semana siguiente.  

20/07/2012