La Linterna Mágica, solo para niños
Por Alo Valenzuela (@AloValenzuela)
En esta sección mensual hacemos una crónica de un cineclub que visitamos.
Ya están todos sentados en sus butacas y, en el escenario, está Romina con micrófono en mano. Algunos ya la conocen bien porque vinieron a las funciones del año pasado; para otros, es la primera vez, pero no tardan en familiarizarse con el ambiente. Se trata de platicar de la película que vamos a ver hoy, de cómo y por quién fue hecha, y del tema que trata. Van a pasar Tiempos modernos (1936), de Chaplin (aquí, aunque tienen entre 6 y 12 años, todos parecen saber quién fue ese señor); un montón de manos arriba piden participar y decir algún dato curioso que leyeron en la revista del lugar o que les contaron sus papás. Es el primer día del nuevo ciclo del cineclub La Linterna Mágica, un espacio exclusivísimo porque es solo para niños; los papás, que esperen afuera.
La idea de este cineclub nació en Suiza a principios de los años noventa y desde entonces ha viajado por el continente europeo, algunos lugares de África y, de ahí, a América Latina. “En el 2010 fuimos al festival de Valdivia en Chile, a donde iba Jesús Pons, el coordinador de la linterna en habla hispana, a ver quién más podía incorporarse a la asociación. Ahí lo conocimos y el año pasado (2011) vino a ayudarnos a empezar”, nos cuenta Arvin Avilés, director de la Asociación Civil Circo 212, encargados de La Linterna en México.
Mientras tanto, en el escenario, los actores explican de una forma sencilla cómo se lleva a cabo la producción en cadena: el capataz obliga a Edgar, otro personaje que es un poco necio a la hora de aprender, a colocar grapas a un papel de baño mientras lo va desenrollando, y así, los niños se preparan para entender la última aparición en cine del personaje del vagabundo Charlotte apretando tuercas en la banda de una fábrica acerera. Cuando la cinta comienza, los gritos y las carcajadas no se hacen esperar y nadie nunca hace “shhhhhhhh”.
Los papás están afuera en las instalaciones de CCU Tlatelolco, que tiene todo lo necesario para que no se aburran y organicen sus propios juegos. Adentro, los niños se sienten en libertad de actuar sin presiones ni protección; todos se integran al ambiente y cuando el famoso vagabundo del cine mudo corre el riesgo de caer por patinar con los ojos vendados, un grito unánime rompe el silencio del suspenso al ritmo de las piruetas. Si algún niño quiere ir al baño o se pone nervioso, solo tiene que levantar la mano y alguno de los monitores lo ayudará a resolver lo que haga falta; la mayoría no tiene problemas con mantener la vista fija en el ídolo del cine mudo.
“El eje de La Linterna son las emociones (cuatro emociones principales), llegar a los niños y enriquecer su experiencia de apreciación cinematográfica”, nos explica Arvin, “son películas que te hacen reír (como la de hoy), que te hacen soñar, que dan un poco de miedo, y películas que son tristes. Obviamente la programación está hecha para que no sea demasiado, tampoco se trata de espantar a los niños“.
Algunos dirán que Tiempos modernos no es una película para niños, pero pueden estar seguros de que a ninguno de los que forman parte de la audiencia de La Linterna le preocupa eso. Aun así, la programación es muy variada, y esto queda claro cuando nos dice lo que proyectaron en el ciclo anterior: “Vimos Piel de asno (1970), un clásico francés de los setenta con unos efectos súper básicos como lo que hacía Melliès. También algunas más recientes y comerciales como Wallace & Grommit, para platicar acerca de la animación cuadro por cuadro, o E.T. el extraterrestre (1982), que crea una conexión emocional muy fuerte con el personaje. Ya vimos a Chaplin también, Luces de la ciudad (1931)”.
Para poder asistir a las funciones de La Linterna Mágica es necesario ser miembro del club, pero registrarse es algo muy sencillo que se puede hacer antes o después de cada función (se realizan el último sábado de cada mes a las 10:45 hrs.). La inscripción tiene un costo único de 50 pesos y, además de la entrada a todas las funciones, incluye una revista que le llegará a su casa a cada niño y en la que podrá enterarse de lo que se verá en la siguiente función y leer un poco sobre la película en cuestión. Este material viene desde Suiza, se traduce en España y luego se adapta al vocabulario mexicano. Lo mismo sucede en alrededor de 3,000 sedes de La Linterna en todo el mundo; los dibujos los hace un solo artista y el material es seleccionado y analizado por los iniciadores.
Cuando termina Tiempos modernos, Romina vuelve al escenario para despedirse de sus amigos. En esta ocasión, por ser principio de ciclo, se premia a los tres niños que no faltaron a ninguna de las funciones del año pasado. Los niños vuelven al mundo de los adultos uno por uno entendiéndolo un poco mejor ahora que saben algo sobre la industrialización y la transición del cine mudo al sonoro. “Uno va al cine y si no es algo de Disney es algo súper comercial igual, que les da a los niños un contenido ya digerido. Aquí de lo que se trata es de poder analizar y aprender sobre la realización cinematográfica”.
La Linterna Mágica es parte de la cartelera.
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