La Red Nacional Documental, DOCTUBRE, busca generar espacios para difundir y exhibir el cine documental e incrementar el número de foros culturales, cineclubes independientes, cinetecas estatales, instituciones académicas y organizaciones que compartan y exhiban a sus públicos una programación de este género cinematográfico. En este marco, se abre un espacio de reflexión para abordar algunos de los documentales que se exhibirán durante el mes de octubre en distintos recintos culturales y cineclubes.
Mata a tu amada
Kill Your Darling (Jaap van Hoewijk, Holanda, 2012)
Por Mónica Luna Sayós (@MonicaLU) de EL CINE DE LA CASA
Dos cadáveres de mujeres jóvenes mutiladas de manos, pies y cabeza aparecen en 1999 y 2001 en un canal en Rotterdam y en otro en Londres respectivamente, un hombre es el presunto culpable de ambos asesinatos, el carpintero John Sweeney.
La película documental del director holandés Jaap van Hoewijk es el seguimiento de las investigaciones que, por cuatro años, llevan a cabo en conjunto las policías de Inglaterra y Holanda, basando su sospecha en los dibujos que el acusado guardó por años y que son la única evidencia para aplicar justicia.
En sus anteriores largometrajes documentales Jaap van Hoewijk examinó las percepciones divergentes de los testigos que por distintas razones asisten a la misma ejecución de un condenado a muerte americano en Procedimiento 769 (1995), o bien en Family Secret (2001) donde hizo algo similar alrededor del suicidio de su propio padre; una mentira familiar que oculta la verdad durante 25 años. El director muestra interés en los hechos observados desde distintos puntos de vista, y en las imágenes como punto de partida para la interpretación y el veredicto.
En Mata a tu amada (2005) seguimos la mirada de Hoewijk desde el descubrimiento del cuerpo de la modelo Melissa Halstead hasta el encuentro con el presunto asesino encarcelado, que nos lleva a reflexionar sobre la dudosa manera que los investigadores pretenden inculpar al sospechoso mediante la única prueba que tienen a la mano: la violencia explícita en la mayoría de sus dibujos y canciones donde la protagonista es la modelo. En paralelo recorremos, junto al carpintero, el alegato por su inocencia: una larga misiva y una conversación telefónica con Hoewijk nos acercan al hombre que dice haber amado a Melissa Halstead y no haber causado su muerte considerando ridícula la acusación basada en sus dibujos. Nada del arma del asesino, ningún rastro de sangre en el departamento que habitaron los amantes, nada del ADN que pueda inculparlo, ninguna pista que acerque las investigaciones a la acusación ante el jurado en Londres donde será juzgado Sweeny, sólo las imágenes. Se buscan testigos del crimen, se recrean situaciones para que los vecinos del canal recuerden al hombre barbado y su carretilla supuestamente llevando el cuerpo mutilado de la modelo a su destino final, así como las declaraciones de la hermana de una de las víctimas.
La propuesta del director, cuya intención inicial en 2008 era seguir un caso sin resolver, termina creando la duda en el espectador sobre la culpabilidad del acusado, sobre la debilidad de los cuerpos policíacos y sus investigadores ante la falta de pruebas que vuelve la resolución del caso altamente controversial. Un proceso basado exclusivamente en imágenes que sugieren una interpretación: ¿Son producto del “diario visual” de un asesino serial o de la morbosa imaginación de un artista inocente tras las rejas?