Función en Film Club Café (Estado de México): lunes 19 de agosto, 20 hrs.
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La película de Jim Jarmusch es una lúgubre e indulgente comedia dulce, sobre los hombres de mediana edad, y ha sido el mayor éxito de taquilla de Jarmusch hasta ahora, es probable que sea su primer éxito de taquilla real. Esto se debe a la tremenda actuación de Bill Murray, cuya base de fans está en crecimiento. Tiene una identidad romántica ligeramente ironizada, como el que estableció en Lost in Translation de Sofia Coppola, y cualquier persona que sospeche que los elogios de la crítica por la película se debían a una conspiración mundial de los críticos masculinos menopáusicos que pensaba que ellos también podrían un día tener entrada a Scarlett Johansson con ingenio paternal, podrá tener sospechas similares aquí. Murray llega a tener encuentros altamente cargados, sino es que siempre sexys con cuatro hermosas exnovias de 40 años, y escenas de coquetería con dos chicas hermosas de 20 años de edad. Y eso sin contar las escenas con su novia real: Julie Delpy.
Murray interpreta a Don, un empresario de software retirado que aún vive en su antiguo barrio, pero ahora ha prohibido las computadoras en su casa antiséptica casa de soltero, y pasa buena parte del tiempo catatónicamente sentado en el sofá. De vez en cuando, él sale con su amigo Winston –una actuación encantadora de Jeffrey Wright– un trabajador cuya vida familiar Don envidia. Después de que su novia Sherry (Julie Delpy) sale de su vida, Don recibe una carta anónima, escrita en cinta de color rosa en papel rosa, que le informa que tiene un hijo de 19 años de edad, de una de sus muchas conquistas pasadas. Pero, ¿cuál? Winston, detective aficionado, le insiste a Don para que realice un viaje por carretera hacia su pasado, rastreando todas las exflamas para resolver el misterio.
Peter Bradshaw (The Guardian)