Función en Film Club Café (Estado de México): lunes 26 de agosto, 8pm.
Sofia Coppola explotó brillantemente el recurso que es la cara de Bill Murray en Lost in Translation, pero nadie ha hecho más para cultivarla que Wes Anderson, que le dio el papel a Murray del hombre mayor más deprimido en su comedia adolescente, Rushmore, le dio un cameo en The Royal Tenenbaums, y contribuyó mucho en el último período en la carrera de Murray.
Murray es el protagonista de La vida acuática (Life aquatic) de Wes Anderson y apenas tiene tener expresiones como Steve Zissou, el oceanógrafo autocrático y protagonista de sus propios documentales marinos de producción propia. Zissou es una mezcla extraña de Jacques Cousteau, el Capitán Kirk y el Capitán Bligh, pero sobre todo de la leyenda francesa que es Cousteau, a cuyo programa de televisión de ritmo calmado y lúgubremente narrado la película le es un homenaje amorosamente detallado.
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El capitán, con sus formas anticuadas, es más o menos arrastrado por el mundo submarino moderno. Pero justo cuando su carrera está a punto ahogarse, Zissou ultraja naturalistas de todas partes con un nuevo proyecto quijotesco. El muy querido cinematógrafo Esteban del equipo Zissou (Seymour Cassel) fue devorado por un raro tiburón jaguar. Así es que el equipo Zissou va a localizar a este tiburón -y matarlo. "Por venganza", como Zissou anuncia quebradizo a su público asombrado. Este emocionante misión será vertida en una crónica por la terriblemente británica escritora de una revista, Jane Winslett-Richardson (Cate Blanchett), por quien Zissou desarrolla naturalmente un flechazo monumental.
Peter Bradshaw (The Guardian)