Función en OaxacaCine (Oaxaca): viernes 4 de octubre, 7pm.
El filme de Emillio Maillé rescata la fastuosidad de la mirada de Gabriel Figueroa, la forma en que se regodeaba iluminando una secuencia, pero también componiendo la imagen e, incluso, orquestando la coreografía óptima para ser captada por su cámara. También es cierto (el filme lo testimonia), en ocasiones –no pocas- su labor terminaba eclipsando, sino es que de plano negando la tarea del realizador. En el balance, es evidente que el peso se inclina, sin reparos, hacia su trascendental aportación no sólo al cine mexicano, sino a la cinematografía universal. Una obra cuya relevancia quizá no ha sido del todo exaltada en nuestro país, pero que por fortuna ha encontrado en la película de Maillé el brillante pago de una parte de esa onerosa deuda que se tiene con el maestro.
Muchas de las películas en las que trabajó Figuoroa, es innegable, tienen como único valor su fotografía. Y Miradas múltiples (La máquina loca) no teme, como en fotograma del propio Figueroa, mostrar los claroscuros de su aportación a la construcción de un concepto de cine mexicano, que en buena medida sigue teniendo repercución y permanencia en el imaginario colectivo internacional. Para hacerlo, Maillé recurre a toda una auténtica antología, y muy amplia, de cinefotógrafos de estirpe. Raoul Coutard (Truffaut y Godard), Shoji Ueda (Kurosawa), Ricardo Aronovich (Scola, Resnais), Benoit Debie (Noé, Korine), Hideo Yamamoto (Shimizu, Kitano, Miike), Giuseppe Rotuno (Fellini, Gilliam) Haskel Wexler (Forman, Tamahori), Larry Smith (Kubrick, Winding Refn), Phillipe Rousselot (Chéreau, Burton), César Charlone (Meirelles), Anthony Dod Mantle (von Trier, Boyle), Affonso Beato (Almodóvar, Frears), Walter Carvalho (Babenco, Salles), el también mexicano, Gabriel Beristáin (Jarman, Del Toro), Janusz Kaminski (Spielberg, Schnabel), Christopher Doyle (Yimou, Ratanaruang, Kar-wai), Vittorio Storaro (Ford Coppola, Bertolucci, Saura), Darius Khondji (Haneke, Jeunet, Fincher), Javier Aguirresarobe (Amenabar, Allen) y, aunque no lo crean, varios, varios más, todos, hablan maravillas del trabajo de Gabriel Figueroa.
Es decir, DP’s que han trabajado con muchos de los grandes directores de la historia del cine, desde jóvenes hasta veteranos, compartiéndonos la forma en que la confección de imágenes de Figueroa, en distintas formas, los ha cautivado, hipnotizado y también influenciado. Algunos de ellos, lo declaran, fue después de ver la fotografía del maestro mexicano que decidieron dedicar su vida a fotografiar para cine. Unos de forma mesurada aunque siempre emotiva, otros en plan vehemente (gigantes de la luz como Doyle, Storaro, Ueda), pero todos expresándose de él, de su legado, como nunca se han manifestado figuras prominentes del cine de ningún otro cineasta mexicano, jamás.
AFD (@SirPon)