Wes Anderson es uno de los directores de la actualidad con un estilo más definido y aunque a muchos no les guste, es un cineasta con una visión muy particular del mundo y de todos los problemas y conflictos que hacen a un personaje interesante. Bottle Rocket, –su primer cortometraje, que después se convertiría en su ópera prima– retrata la banalidad de la delincuencia. Dos jóvenes, Dignan y Anthony, viven una vida de ladrones y en vez de pasar sus días atemorizados o huyendo de la policia, hacen cosas tan comunes y corrientes que uno pensaría que el robo puede convertirse en algo agradable y más si se hace entre amigos. Sus actividades diarias van desde discutir acerca de Starsky y Hutch de camino a asaltar una casa, jugar pinball, hasta planear un atraco y hablar de ello más tarde en un puesto de hamburguesas. Pero no importa qué tan ilegal y prohibidas sean sus actividades, ellos están contentos de hacerlo juntos.
JOY (@Come_Sesos)