La concepción estética de El despojo, obra literaria de Juan Rulfo, se basa en el acompañamiento de palabra e imagen. El texto fue escrito en 1960, al mismo tiempo que Antonio Reynoso realizaba el cortometraje con imágenes capturadas por el cineasta y videoartista mexicano, Rafael Corkidi (quien trabajó como cinefotógrafo de Alejandro Jodorowsky en Fando y Lis, El topo, La montaña sagrada), en el municipio de Cardonal (estado de Hidalgo). Durante los 12 minutos de duración, se recurre a la voz en off para recitar los diálogos que Rulfo escribió, sin embargo, la línea argumental desarrollada por el escritor jalisciense fue alterada por Reynoso dependiendo de las imágenes filmadas en 35mm en blanco y negro. El protagonista de la historia es un humilde campesino que vive acosado por un cacique. El primero lo ha perdido todo menos a su esposa e hijo, pero sabe que el peligro y la amenaza del cruel hombre están latentes. En dos momentos específicos, el hombre sueña con paisajes idílicos (del campo mexicano), pero estas imágenes se contraponen con la realidad que se ve obligado a vivir.