Every Child narra el conmovedor viaje de un bebé abandonado. El título del relato hace referencia al derecho que todo niño debe tener: un nombre, una identidad, un hogar. De ese modo seguimos el periplo de un pequeño desamparado y de cómo va pasando de mano en mano. Por distintas circunstancias el bebé no puede quedarse en los hogares en los que es delegado. Por más que las familias parezcan dispuestas y con posibilidades para acogerlo algo no termina de convencerlos. Así, un oficinista lo encuentra en su puerta, lo aloja, le parece simpático hasta que un accidente provocado por el pequeño lo molesta y decide dejarlo, a escondidas, frente a la casa de sus vecinos. Los dueños de la siguiente morada es una amable pareja de ancianos quienes se lo quedan, pero solo por breves minutos, prefieren no desairar a su mascota, un mimado perrito negro.

Los octogenarios siguen la cadena de abandono. Lo desamparan en el hogar contiguo donde una joven mujer lo descubre, se emociona, lo quiere para ella, mas a los segundos se nos revela que su pareja no quiere un niño que no sea de él. La cadena de rechazos empuja al bebé a un basurero donde un par de artistas callejeros se compadece de él y deciden cuidarlo. Una breve historia de seis minutos marcada por la gran lección de humanidad de  estos dos desconocidos, capaces de mostrar respeto y ternura, que nos transmiten mientras tratan de jugar con el pequeño que ha llegado a sus territorios.

En 1979, las Naciones Unidas y la UNICEF iniciaron la campaña de recaudación de fondos The Year Of The Child. Dicha campaña se referencia al inicio de este corto autoría de Eugene Fedorenko (Village Of Idiots, 1999). Todos los sonidos que se aprecian en el relato (voces, ladridos, ruidos de autos) son ejecutados por el dúo de artistas Les Mimes Électriques. En 1980 Every Child ganó el premio Oscar como mejor Cortometraje Animado. 

VSM (@SofiaSanmarin)

Every Child by Eugene Fedorenko, National Film Board of Canada