Es difícil hablar de cine francés y no mencionar a Jean-Pierre Jeunet, tal vez uno de los directores contemporáneos más conocidos y galardonados de este país, director de películas como Amélie (2001), Delicatessen (1991) o La ciudad de los niños perdidos (1995). Desde finales de los setenta, Jeunet dio sus primeros pasos con cortometrajes de ficción y animación, pero no fue hasta su quinta pieza, el cortometraje "Foutaises" (1989), que demostró el estilo tanto visual como narrativo que usaría a lo largo de su carrera en los largometrajes. Desde entonces se asentó con una voz muy particular que, a base de lo grotesco y mucho humor, es capaz de atrapar a todo el que lo ve.
En “Foutaises” también participa uno de los actores favoritos de Jeunet, Dominique Pinon, quien por medio de su amplia gama de expresiones nos relata lo que le gusta y lo que no. La cantidad de detalles, la edición, el ritmo y hasta la música de Carlos D'Alessio explican la posterior filmografía de Jean-Pierre Jeunet y reiteran que es uno de los maestros de la cinematografía francesa y mundial.
JOY (@Come_Sesos)