Jack Whitman (Schwartzman) está acostado en una cama del hotel donde vive, el Hotel Chevalier, mirando la televisión. Mientras está tumbado pide algo para cenar. Suena el teléfono y del otro lado se escucha la voz de una mujer (Portman) que le dice que acaba de llegar a París. Whitman arregla la habitación y se cambia de ropa. Ella llega casi de inmediato. El reencuentro es un poco ambiguo al principio, pero los diálogos entre ambos nos van revelando pedazos de su historia. Esa velada y lo que ocurra esa noche será determinante para signar el futuro de la pareja. ¿Harán el amor o todo terminará en un encuentro furtivo? No lo sabemos.
Hotel Chevalier es una historia de amor que sirve de prólogo al periplo narrado en Viaje a Darjeeling (2007). Es, también, uno de los cortometrajes más emblemáticos en la filmografía de Wes Anderson. Cargado con el estilo inconfundible del director, una paleta de colores primarios que resulta en una estética vintage y esa oscilación entre la tragedia absoluta y la comedia más absurda de sus personajes, llevados a situaciones incomodas, fuera de su zona de confort.
VSM (@SofiaSanmarin)