Hoy en día todo se hace de manera digital: pagar cuentas, ordenar comida, comunicarse con amigos y familiares, incluso encontrar el amor. Sólo en México, aproximadamente 300 parejas han contraído matrimonio gracias a Tinder. La lógica nos dice que este número va en incremento. Las relaciones online en la época actual son muy comunes, pero hace menos de dos décadas, cuando Internet todavía se encontraba en una etapa más o menos primitiva, buscar el amor en la red no era un tema abordado con audacia. De hecho se percibía una suerte de vergüenza en quienes lo intentaban debido a que la idea de “si no podían hacerlo en la vida real, algo estaba mal con ellos”.
Este es el mundo en el que se desarrolla Lovestreams (2016), un agridulce y encantador cortometraje animado dirigido por Sean Buckelew. Situándose a principio de los años 2000, el filme narra la historia de dos individuos que chatean vía AOL. Los personajes desarrollan sentimientos profundos el uno por el otro, a pesar de no haberse visto nunca. Su amor se desarrolla de manera digital, pero el relato da un giro hacia lo fantástico para examinar las conexiones que se generan en el ámbito tecnológico y emocional: la identidad, el amor y el artificio en la era de la información.
[Trad. Viera Khovliáguina]
Fuente: FilmSchooolRejects