Álex de la Iglesia es uno de los cineastas ibéricos más importantes de los últimos años y también, en su momento, el más irreverente de todos. Con películas como Acción mutante (1993), Perdita Durango (1997) y El día de la bestia, ha demostrado ser un verdadero director de culto, haciendo uso de la ciencia ficción, el terror, la crítica social y un humor negro con los cuales disgusta al público mas conservador pero que es perfecto para todos los geeks y freaks que buscaban una alternativa al cine fantástico de Hollywood durante los años noventa. Mirindas asesinas es el título de su primer cortometraje, mismo que le valió diversos reconocimientos y a su vez hizo que los hermanos Almodóvar se fijaran en él y le produjeran su primer largometraje.
Un hombre entra a un bar en el que solo hay un cliente y le pide al camarero que le sirviera una Mirinda (el refresco de naranja). Pero luego se niega a pagar por ella, diciendo que el camarero nunca le había advertido que tendría que hacerlo. Cuando el camarero insiste, el hombre saca un rifle y lo mata. Luego le pide al otro cliente que le siga sirviendo más Mirindas, por lo que este otro hombre, en temor a la reacción del asesino, se ve obligado a sustituir el camarero...
JOY (@Come_Sesos)