En 2014, Jennifer Kent, actriz que debutó en la dirección de largometrajes, firmó una de las películas de terror más inteligentes y efectivas de los últimos años: Babadook. Una historia que tuvo su origen en un cortometraje: Monster (2005). El breve filme en blanco y negro, se centra en una mujer (Susan Prior) y su hijo (Luke Ikimis-Healey), un niño de 6 años que asegura existe un monstruo (Trash Vaudeville) que amenaza con devorarlo, un ser maligno que vive en un libro de cuentos desplegable. La invocación del monstruo desde las páginas del libro activa los miedos ante una presencia desconocida, y es que, ¿quién no se ha sobresaltado nunca por un sonido sospechoso proveniente de detrás de una puerta?
El monstruo de dedos largos y afilados, capa negra y sombrero de copa que acecha a la madre y al niño, continua la línea de leyendas urbanas del género como Freddy Krueger de Pesadilla en Elm Street (Wes Craven, 1984) o Jeepers Creepers (Victor Salva, 2001). Se explora el poder de la figura maternal frente al mal, una que tiene que enfrentarse a aterradores fenómenos paranormales que amenazan con dañar a su pequeño. En Monster no hay salidas de tono innecesarias, es un terror desnudo y puro, que proviene de las inseguridades y miedos más profundos de sus atormentadas criaturas.
VSM (@SofiaSanmarin)