Desde el primer momento del filme conocemos a la protagonista, Lisa (Vicky Krieps), al interior de su tienda manifestándole a un cliente sobre las diversas maneras en que uno puede mostrar afecto a través de una tarjeta de felicitación. Aquí es cuando también tenemos una idea de su encanto, sus peculiaridades y su entusiasmo por el romance. Solo más tarde, después de conocer a su padre alcohólico (Max Reimann) que se tropieza con la colección de tarjetas románticas de su hija, descubrimos que Lisa todavía tiene una relación insana y casi delirante con su exnovio, un fotógrafo llamado Alf (Michael Maertens). Cuando Lisa se entera de que su ex está en la ciudad para filmar una campaña médica contra las varices, ella inscribe a su padre para un casting y se reúne con su querido Alf.
Pitter Patter Goes My Heart (2015) combina el humor, la sensibilidad, la ternura y una destreza excepcional para narrar un conmovedor relato sobre el amor y la angustia. Es un cuento que muestra una tensión saludable entre la calidez del realismo mágico y la frialdad del contexto austriaco. El cineasta Christoph Rainer confesó que hizo la película cuando “estaba locamente enamorado, con más énfasis en 'loco' que en 'amor'. Entonces, aunque no disfruto mucho las películas románticas, no pude evitar hacer una y expresar mis sentimientos poco saludables. Creo que escribí mi propia profecía negativa y autocumplida en este cortometraje. Se convirtió en cómo el amor puede ponerse terriblemente amargo”.