En una habitación completamente cerrada, una mujer (Danielle Rayne) se despierta sin recordar quién es y cómo llegó ahí. Ella se percata que tiene una marca en la parte posterior de su cuello; con la ayuda de un espejo, la mujer descubre que se trata de un código de barras. Otro de los misterios es la presencia de una serie de marcas de conteo dibujadas en una pared. Con la intención de aprovechar el tiempo, la protagonista pasa las siguientes horas, o incluso días, haciendo ejercicio e ingiriendo los alimentos proporcionados por los guardias que la vigilan día y noche mediante una cámara de seguridad. Cuando la mujer descubre el significado de las marcas, encuentra una pistola de Portal que permanecía escondida detrás de una pared; ella aprende a utilizar el dispositivo que sirve para abrir nuevas puertas que la conducen a otros espacios y a la ansiada salida de su cautiverio. 

Portal: No Escape (2011) es un cortometraje dirigido por el joven cineasta estadounidense, Dan Trachtenberg, que recientemente estrenó su primer largometraje, 10 Cloverfield Lane (2016), producido por J.J. Abrams. El filme se inspira en el videojuego diseñado por Valve Corporation que se construye a partir de una serie de pistas y rompecabezas que deben ser resueltos teletransportando al personaje con la ayuda del «Aperture Science Handheld Portal Device», un dispositivo que puede crear portales interespaciales entre dos superficies planas. Danielle Rayne posee una extraordinaria capacidad atlética para desplegar su fortaleza física en un espacio asfixiante; la actitud y los desplazamientos de la actriz hacen eco de la experiencia del videojugador al involucrarse en Portal: caminar alrededor de un espacio cerrado llegando a conocer cada milímetro de la habitación para descubrir el mecanismo secreto que posibilite un escape. La tensión generada en los saltos de gran altura horizontal (donde se emplea el impulso para saltar por encima de enormes distancias) es uno de los sellos distintivos del videojuego que se traslada con gran eficacia debido a la minuciosa capacidad de observación de Trachtenberg. A pesar del bajo presupuesto con el que contó, el director logra un notable diseño de paisajes virtuales que, proyectados en macro pantallas, dan la ilusión de que el personaje ha logrado su objetivo.

LFG (@luisfer_crimi)