Hace 31 años, cuando se estrenó This is Spinal Tap (1984), dirigido por Rob Reiner, muchos espectadores pensaron que era una banda de verdad. El público pensó: “¿Por qué hacer una película sobre una banda de la que nadie ha oído hablar?”. A pesar de ser un “mockumentary” o falso documental, This is Spinal Tap se sintió como si fuera un documental sobre música rock. El uso de la voz en off, una cámara inestable y las entrevistas incómodas son algunos de los elementos presentes en el filme que, a pesar de la conceptualización previa de la banda, se fue desarrollando de manera improvisada sobre la marcha recordando algunos clásicos documentales sobre iconos musicales como Dont Look Back (1967, sobre Bob Dylan), The Song Remains the Same (1973, sobre los conciertos de Led Zeppelin) y The Kids Are Alright (1979, sobre The Who).
La película no es sólo una parodia sobre la estupidez general exagerada del rock and roll, también es, como señala David Ansen, de la revista Newsweek: “Una sátira sobre la forma y dinámica del documental, estructurada a partir de viejos videoclips de la televisión que representan a los integrantes de la banda como cuando eran niños”. Uno de los grandes méritos del filme fue mezclar dolor, terror y humor. En algún momento, Sting le platicó a Rob Reiner que él veía la película cada vez que estaba a punto de salir de gira: “Cada vez que la veo, no sé si debo reír o llorar”.
Christopher Guest, Michael McKean y Harry Shearer, los actores que conforman el núcleo de la banda, interpretaron toda la música que aparece en el filme. Y después del éxito de la película –transformándola, incluso, en una obra de culto– ofrecieron una serie de conciertos. ¿Se le puede considerar a Spinal Tap una banda falsa cuando fue capaz de cautivar al público en el estadio de Wembley?
Spinal Tap hizo su primera aparición en 1979, cinco años del estreno del filme. Fue en The T.V. Show, una serie cómica de corta duración que protagonizó Reiner. Aunque el rendimiento no es tan divertido como sus apariciones posteriores, todas las ideas están ahí. El entusiasmo, las irreverencias de las letras, los ridículos vestuarios.
Un par de años más tarde, en 1981, Reiner y compañía decidieron recuperar su creación de Spinal Tap con la idea de hacer un falso documental. Reiner compartió esta anécdota en Sound Opinions:
Nos dieron el dinero y nos dimos cuenta de que no había manera de estructurar un guión donde pudiéramos capturar lo que esto sería. Debido a que iba a ser un documental. Así que le dije al chico, nos dan el dinero que iban a darnos para escribir el guión y voy avanzando un poco en la realización de la película. Hicimos un producto audiovisual de 20 minutos. Tuvimos escenas en el ‘backsatge’, algunas de los conciertos y un poco de entrevistas.
A continuación puedes ver el resultado de ese primer intento de realizar un filme sobre la banda, Spinal Tap: The Final Tour (1982), el cortometraje que precede al documental de 1984.
LFG (@luisfer_crimi)