Heather (Sally Hawkins) es una mujer británica, joven y tímida, de aspecto amable pero triste que trabaja en un call center para asistencia a personas con tendencias suicidas. Una mañana, recibe la llamada de un hombre que dice llamarse Stan (Jim Broadbent), un anciano desesperado y solitario después de la reciente muerte de su esposa Joan (Prunella Scales). Mientras los minutos pasan, Heather intenta persuadir de manera dulce y comprensiva, al desconsolado hombre que ya se ha tomado un puñado de antidepresivos y que solo busca compañía en los últimos momentos que le quedan de vida.
Son 20 minutos en los que prácticamente el cortometraje de Mat Kirkby se sostiene a través del diálogo telefónico que mantienen sus dos protagonistas, Hawkins (Blue Jasmine, 2013), transparente y conmovedora, y Broadbent (Another Year, 2010), cuya presencia marcada por un sentimiento de orfandad, escuchamos del otro lado de la bocina. The Phone Call, sitúa a dos extraños inmersos en una situación intensa, limite y dramática. Un relato sobre la pérdida y la depresión, sobre la necesidad de ser escuchados, sobre el abandono y la vejez. Un corto que funciona claramente como metáfora de la vida y la muerte. Y de cómo los que se suben a ese tren no pueden regresar el tiempo, no pueden recuperar al ser querido que ha fallecido y que han dejado atrás. El filme resultó ganador como Mejor Corto Narrativo en el Tribeca Film Festival 2014.
VSM (@SofiaSanmarin)