Por Guillermo Calderón y Luis Vázquez.
Tras haberse graduado en 1982 de la carrera de artes, Sylvain Chomet comenzó a trabajar para los estudios de Richard Purdum en 1988 como animador. A la par de su carrera como animador, creó varias tiras cómicas, entre las que destaca "Ugly, Poor and Sick" en colaboración con Nicolas De Crécy.
El primer cortometraje animado de Chomet es "La Vieille Dame et les pigeons" (La Vieja Dama y las Palomas), que comenzó a trabajar en 1991 y concluyó en 1996, en colaboración, otra vez, con De Crécy, quien diseñó los fondos del filme. Producido en el estudio del canadiense Pascal Blais (hijo de un veterano de la National Filmboard de Canadá) el corto ya muestra la tendencia de Chomet hacia el diseño "parisino" en los personajes y fondos, lo cual es de esperarse de alguien nacido en Maisons-Laffitte, Yveline, cerca de París. La historiadora Mira Falardeau lo describe como “un filme de una enorme sensibilidad, que conjuga un dibujo expresionista con degradados en acuarela y un guión surrealista y provocador. El cortometraje es una obra maestra en todos sus aspectos: las voces de los actores son mordaces, los sonidos ambientales hiperrealistas, y su ritmo de jazz se adhiere maravillosamente a la cadencia de la historia.” Fue ganador del Premio BAFTA de Inglaterra, del Cartoon d'Or en el importante Festival de Annecy en Francia, así como de los premios de la audiencia y del jurado en el festival Premier Plans y también se hizo acreedor a una nominación al Oscar.
El primer largometraje de Chomet fue Les Triplettes de Belleville (Las trillizas de Belleville, 2003), película que sirvió de plataforma al director para llegar a audiencias mucho más grandes. De inspiración a la vez parisina y americana, Las trillizas… constituye un collage asombroso, donde una imaginación desbordante da vida a tres estrellas ancianas. Frente a esta animación vertiginosa y lírica, que incluye fragmentos de auténtica valentía como la travesía por el Atlántico en globo, el espectador nunca está seguro de cuál es el terreno que pisa. En un documental titulado Sylvain Chomet(2004) en “Silence, on court!”, sitio web de la NFB de Canadá, Chomet habla sobre el embotellamiento en su cabeza de todos los personajes imaginados.Las trillizas…, una coproducción Francia y Québec (a cargo nuevamente de la productora de Pascal Blais), es sin duda un filme cargado de arte, con un diseño de personajes y fondos muy europeo. La película tuvo una gran aceptación y popularidad en todo el mundo, lo cual le valió las nominaciones a Mejor Película de Animación y Mejor Canción en los premios Oscar.
Pero no todo ha sido éxito en la carrera de Chomet. A mediados del año 2000, fundó un estudio de animación en Escocia, Edimburgo, llamado “Django Films”, donde pretendía producir películas animadas para hacer destacar la animación europea; desafortunadamente, el estudio no funcionó y tuvo que cerrar sus puertas tras la cancelación de varios proyectos y la falta de financiamiento. Otro dato triste e irónico, que muestra lo difícil que puede ser el medio animado, es que Producciones Pascal Blais también cerró sus puertas en marzo de 2004, justo en el momento en que se enteraron que el Oscar se les escapó a Las trillizas de las manos ante la presencia de Finding Nemo (2003) de los estudios Pixar.
Posterior a este largometraje, Chomet dirigió un segmento para la películaParis, je t'aime (Paris, te amo, 2006) el séptimo cortometraje de la película, donde un niño narra la historia de cómo sus padres (ambos mimos) se conocen en prisión y se enamoran, siendo éste su primer trabajo fuera del terreno de la animación
The Tale of Despereaux (2008) sería la primera cinta realizada totalmente en computadora que dirigiría Chomet, pero por problemas con el equipo creativo, el realizador decidió renunciar al proyecto.
Recientemente, Sylvain dirigió L´Illusionist (2010), que al igual que sus previos filmes de animación tiene una raíz e influencia artística europea muy fuerte. El filme está nominado junto a Toy Story 3 de Pixar y How To Train Your Dragon de Dreamworks a un premio Oscar en la categoría de Mejor Película de Animación.
Sin duda, con esa visión europea, Sylvain Chomet ofrece al terreno de la animación un panorama fresco y sobre todo artístico en sus creaciones, algo que todos los amantes de la animación agradecemos.