Texto: Isabel Cárdenas Cortés
Fotos: Sandra Delpech
Del 11 al 21 de febrero, 2010. Berlín.
La Berlinale cumplió 60 años bajo cero grados
La Berlinale es uno de los festivales internacionales más esperados del año por los amantes del cine y por todos aquellos a quienes nos gusta ir a morirnos de frío, vestir capas y capas de ropa, resbalar sobre el hielo y aprender a deslizarse en él sin caer al suelo; o tal vez caer y ponerse de pie para ir de prisa a la siguiente función de cine en Potsdamer Platz o tomar el metro a Friedrichstadtpalast para lograr ver la nueva cinta de Noah Baumbach: Greenberg (2010) —filme que con suerte llegará a México tal vez en un par de años—; o dirigirse al cine Babylon en el cosmopolita barrio de Mitte, sede de las secciones dedicadas a los niños y los jóvenes, en busca de la película Road, Movie (2009) del director hindú Dev Benegal, cinta que posiblemente tampoco llegará a los cines mexicanos a pesar de haber sido reconocida en numerosos festivales de cine, como el de Londres. En resumen: la Berlinale es un banquete de cine para enterarse del cine alternativo, de protesta, de temas políticos, películas de cine gay, y cine independiente y experimental, como el que se exhibe en la sección Forum. También es posible presenciar las últimas ocurrencias de los grandes maestros del cine como Roman Polanski, Martin Scorsese; y, por supuesto, no faltan los estrenos internacionales de cintas de Hollywood y el desfile de divas por la alfombra roja, que siempre le da un toque de glamour a un festival de cine.
Por si fuera poco, la Berlinale es en el único festival de cine que, por iniciativa de su goloso director, Dieter Kosslick, incluye una muestra de cine culinario: Kulinarisches Kino. En esta sección no sólo se saborea buen cine, sino que cada noche chefs reconocidos mundialmente preparan una deliciosa cena para que los cinéfilos tengan un festín completo después de la función y puedan charlar con el director de la cinta en la sobremesa. Los alemanes no perdonan una comida ni por todo el oro del mundo, lo crean o no, en la Berlinale, además de poder ver excelente cine de todos los rincones del mundo; uno puede, en cada barrio al que asista a una función, probar los más diversos platillos, especialmente en Prenzlauer Berg y en Kreuzberg.
Berlín, aparte de ser la cuna de los Pretzels y la cerveza Berliner Weisse, es el lugar donde un cinéfilo debe estar cada febrero. Este año, la fiesta de cine se llevó a cabo en la plenitud del invierno más frío que ha vivido Europa en los últimos 30 años.
Un festival para los berlineses y sus barrios
En su edición número 60, del 11 al 21 de febrero de 2010, la Berlinale “se paseó” por todos los barrios de la ciudad con el lema: “Berlinale goes Kiez!”. Tuvieron lugar premieres en cines donde antes no llegaban, pues casi siempre se concentraba la acción en Potsdamer Platz y en el centro de la ciudad. El pasado febrero, la muestra de cine se inauguró en el Berlinale Palast con el filme Apart Together (2010) del veterano en Berlín y una vez ganador del Oso de Oro, Quanan Wang.
Otra de las zonas con más acción durante la Berlinale es la que se encuentra a orillas del río Spree, en las cercanías de la Isla de los Museos y la Puerta de Brandenburgo: el Friedrichstadtpalast, una de las sedes del festival con mayor tradición. A esta sala asiste el público común y corriente, aquellos que compraron sus boletos con mucha antelación y quienes seguramente se tomaron un par de semanas de vacaciones para poder empaparse de las propuestas cinematográficas de todo el planeta. En este cine es donde uno puede darse cuenta de cuáles son las cintas que realmente gustan al público; la sala se llena por completo y los asistentes al finalizar la función son un excelente termómetro para indagar qué cintas se llevarán los premios, por lo menos los del público.
En el Friedrichstadtpalast se proyectó el 13 de febrero del 2010 Howl (2010) de los directores Robert Epstein y Jeffrey Friedman, protagonizada magistralmente por James Franco; la cinta fue ovacionada con varios minutos de aplausos. Sin duda, Howl es una de las joyas de la edición 60 de la Berlinale. La trama retoma el juicio que se llevó a cabo en 1957 en San Francisco, en contra de una de las obras maestras de la literatura norteamericana, Howl, del poeta Allen Ginsberg (James Franco). Este juicio fue clave para dar a conocer los movimientos de contracultura que se gestaban en aquella época en Estados Unidos.
Otra obra cinematográfica también muy aplaudida por el público del Friedrichstadtpalast y cuyo humor negro fue muy bien entendido por los berlineses, fue Greenberg de Noah Baumbach (co-guionista de Wes Anderson), protagonizada por Ben Stiller (como Roger Greenberg), Greta Gerwig, Rhys Ifans y Jennifer Jason Leigh. Los críticos de cine o la alabaron o la destrozaron; pero no cabe duda que Greenberg dio de qué hablar. La nueva cinta de Baumbach indiscutiblemente será controvertida en México; vale la pena seguir de cerca a este extraño director quien en este filme elaboró un retrato vitriólico de un pequeño universo de “animales humanos” que habitan en Los Ángeles: una serie de desadaptados, neuróticos, peculiares y bizarros personajes que rara vez vemos en las cintas del cine comercial. La actuación de Ben Stiller es muy buena y seguramente, porque se sale de los estereotipos a los que comúnmente da vida, no gustó a los críticos que estaban buscando al típico Stiller de las comedias ligeras como There´s Something About Mary (1998), Night at the Museum: Battle of the Smithsonian (2009) o Meet the Fockers (2004).
Los maestros del cine van a la Berlinale
Dos grandes del cine habituales de la Berlinale son Roman Polanski y Martin Scorsese. Polanski fue el gran extrañado en la conferencia de prensa y en la alfombra roja el día de la premier de Ghost Writer; pero su cinta no podía faltar en la Selección Oficial de este año y dejó a los críticos, al público y al jurado encantados, a tal grado, que el director ganó el Oso de Plata a la mejor dirección. Ghost Writer (2010) es un excelente thriller que retoma mucho del cine de Alfred Hitchcock, protagonizado por Pierce Brosnan, Ewan McGregor, Olivia Williams, Kim Cattrall, James Belushi y Tom Wilkinson. Paralelamente se proyectaron algunas obras de Polanski en la sección Retrospektive y se realizó una exposición titulada: “Polanski. Actor. Director” en la galería Magda Potorska.
La cinta de Martin Scorsese, Shutter Island (2010), no participó en la competencia, sin embargo formó parte de la selección oficial. Otro thriller, en este caso psicológico, que además embrujó a los críticos y que va a fascinarle a todos los fans del creador de Goodfellas (1990) y After Hours (1985).
La cinta Bal (2010) del turco Semih Kaplanoglu, desde su primera función se convirtió en una de las favoritas de los críticos, al igual que If Want to Whistle, I Whistle (2010) del rumano Florin Serbin, las grandes ganadoras de esta edición 60 de la Berlinale.
Los últimos días: grandes descubrimientos
En los últimos días de la edición 60 de la Berlinale se proyectaron tres descubrimientos cinematográficos: How I Ended This Summer (2010) del ruso Aleksei Popogrebsky; una historia que se desarrolla en una estación meteorológica en el ártico. En medio de la nada dos hombres “conviven” (porque casi no hablan) durante varios meses: toman mediciones climáticas, uno va de pesca, el otro (el más joven) no se separa de su iPod y vive en una especie de mundo aparte; toman saunas, toman turnos para dormir, para estar pendientes del radio… Esta cinta es maravillosa, la fotografía es impecable y la música es excelente.
Para cerrar con broche de oro, el penúltimo día del festival se exhibió la película Na putu (On the Path 2010) de Jasmila Zbanic, quien ganó en 2006 el Oso de Oro; excelente drama que cuenta la historia de Luna la historia de Luna (Zrinka Cvitesic) una joven "azafata", quien al parecer tiene la vida ideal junto con su esposo Amar: son felices, quieren tener un hijo y se ríen todo el tiempo. De pronto, Amar es descubierto tomando en el trabajo y despedido; a partir de este momento empiezan a surgir todos los fantasmas y los traumas que dejó la guerra de la ex Yugoslavia y que sólo estaban esperando para emerger. La actuación de la joven Zrinka Cvitesic es entrañable e imposible de olvidar. Tal vez Na putu no fue de las favoritas del jurado (presidido por Werner Herzog), pero sí del público y de la crítica.
Otro descubrimiento fue la ópera prima de la argentina Natalia Smirnoff, Rompecabezas (2009), que igualmente participó en la selección oficial. Cinta intimista, contemplativa, con tomas muy cerradas que descubren poco a poco al personaje principal: María del Carmen (María Onetto); es como armar un rompecabezas dando tiempo a que el público y la protagonista encuentren y ubiquen las piezas.
La Revolución mexicana en Berlín
La premiere de la cinta Revolución (2010) se llevó a cabo en el Kino International. La cinta formó parte de la selección Berlinale Special y fue uno de los eventos que constituyó “Berlinale Goes Kiez”. El día de la premiere mucha gente se quedó afuera por falta de espacio, prueba de que Gael García Bernal también tiene su club de fans en Berlín. El Kino International está ubicado en una zona de la ciudad que todavía recuerda los años anteriores a la caída del Muro, la calle Karl-Marx Allee evoca algunas imágenes del llamado “bloque socialista”; ahí uno tiene la sensación de estar atrapado en el tiempo, en los años sesenta.
Revolución está conformada por diez cortometrajes de igual número de directores: Mariana Chenillo, Fernando Eimbcke, Amat Escalante, Gael García Bernal, Rodrigo García, Diego Luna, Gerardo Naranjo, Rodrigo Plá, Carlos Reygadas, Patricia Riggen. Los favoritos por mucho son: La Bienvenida de Fernando Eimbcke, 7th and Alvarado de Rodrigo García y La tienda de Raya de Mariana Chenillo.
En el Zoo Palast en el barrio Charlottenburg, el director Pedro González Rubio se ganó al público joven con su cinta Alamar (2009), que inauguró la selección Generation K Plus y gustó mucho a los críticos. Este barrio del “oeste” es el lugar donde surgió la Berlinale hace 60 años. En la misma sección participó Te extraño (2010) de Fabián Hoffman. Seis jóvenes realizadores y actores mexicanos formaron parte del Talent Campus: Andrés Montiel, Federico Cecchetti, Enrique Vázquez Sánchez, Alfredo Antonio Loaeza, Héctor Ferreiro y Astrid Rondero.
Curiosidades de la Berlinale
Durante los festivales de cine uno siempre se encuentra películas pequeñas o de cine independiente que, tal vez no fueron merecedoras de los principales premios, pero vale mucho la pena ver por sus propuestas cinematográficas, originalidad y frescura. Estos son sólo algunos ejemplos de lo que un buen cinéfilo no se debe perder:
Please Give (2010) de Nicole Holfcener, con Catherine Keener, Amanda Peet, Oliver Platt y Rebecca Hall. La siguiente fue la ganadora del Teddy Bear a la mejor película y es un comedia muy divertida: The Kids Are All Right (2010) de Lisa Cholodenko. Con excelentes actuaciones de Julianne Moore, Annette Bening y Mark Ruffalo.
La más irreverente, políticamente incorrecta y visualmente propositiva de todas fue Mammuth (2010) de los directores Benoît Delépine y Gustave Kervern, quienes entonaron la Marsellesa durante el photo call y se rumora que uno de ellos se perdió en la fiesta y no llegó a su premiere. Los que sí desfilaron por la alfombra roja fueron Gérard Depardieu, quien hace honor al título, e Isabelle Adjani, quien no llegó a la conferencia de prensa pero sí apareció sorpresivamente, como un fantasma, en el Berlinale Palast, para asistir a la premier.
Por último está Boy (2010) del director Taika Waititi, una cinta que cuenta una historia iniciática narrada desde el punto de vista de un niño de once años completamente obsesionado con Michael Jackson, la magia y los héroes. Boy ganó el Gran premio del Jurado Infantil de la Berlinale.