Por Rita di Santo
Del 1 al 11 de septiembre, 2010. Venecia.
En Venecia, una de las ciudades más bellas de Italia, se llevó a cabo del 1 al 11 de septiembre la 67 Mostra de Cine. Los largomentrajes que se presentaron a concurso este año fueron un total de 22. El filme de Darren Aronofsky, Black Swan, protagonizado por Natalie Portman, quien ofrece una de sus más convincentes actuaciones como una bailarina famosa con una madre obsesiva y un maestro severo (Vicent Cassel), es un drama psicológico en colores obscuros en el que la locura se mezcla con el thriller. Entre los filmes más esperados estuvo Somewhere, dirigido por Sofia Coppola con Stephen Dorff y Elle Fanning. La cinta, ambientada en Los Ángeles, aborda la relación de un padre con su hija. Ella es una niña de once años y él, un actor famoso cuya cotidianidad de estrella se ve interrumpida y puesta en discusión por la auténtica espontaneidad y sinceridad de la niña. El filme de Sofia Coppola parece tomar el esquema de Lost In Traslation (2003) para proponernos una versión californinana que indaga en las relaciones filiales.
Meeks Cutoff del director Kelly Reichard, un film parecido al de Coppola, alude a una clara metáfora sobre el racismo, la caridad, el miedo, el orgullo y la fragilidad durante la fundación de Estados Unidos.
El director Pablo Larraín, chileno de 34 años, propone una mirada muy personal en Post Mortem, un filme misterioso y cínico que se contextualiza en los últimos días de la presidencia de Salvador Allende, en 1973 en Chile. Mario (Alfredo Castro), de 50 años, adepto a platicar mientras practica autopsias en la cámara mortuoria, no está interesado mas que en espiar a Nancy (Antonia Zegers), una pésima bailarina en un local sórdido, quien lo ignora. Sin embargo, las aguas toman un nuevo cauce cuando tras el golpe de estado a Mario se le presenta la oportunidad de ayudar a Nancy y salvar a su familia de la masacre.
La comedia del director francés François Ozon, Patiche, añadió un tono ligero a la competencia. Es la historia del jefe de una industria de paraguas y sus empleados que han comezado una huelga. Por motivos de enfermedad, es remplazado por su esposa (Catherine Deneuve) quien lleva a la industria su experiencia de compañera y madre logrando en poco tiempo pactar un acuerdo con los empleados. El filme es frívolo, con un guión brillante y actores extraordinarios (Deneuve encabeza la lista). A través del humor, el director desarrolla temas importantes como la política en el trabajo y el respeto hacia la mujer. Una fábula moderna de 90 minutos que recibió el aplauso más largo del Festival.
Cuatro filmes italianos compitieron en la Selección Oficial, entre los cuales estuvo The Solitude of Prime Numbers, de Saverio Costanzo . Alice (Alba Rohrwacher) y Mattia (Luca Marinelli) llevan muchos años separados, con vidas lejanas y diferentes pero igualmente tormentosas. Resignados y solitarios, sienten la necesidad de rencontrarse en sus cuerpos de adultos con una herida de infancia en el alma. The Solitude of Prime Numbers, es una adaptación del reconocido libro del mismo nombre que Costanzo retoma para convertirlo en un filme fascinante, irónico y sentimental.
Otra adaptación de un libro famoso es Barney’s Version de Richard J. Lewis, con Dustin Hoffman, Paul Giamatti y Minnie Driver. Un filme lleno de vida, con diálogos radiantes, situaciones absurdas y muy buena música.
Este año fueron pocas las estrellas internacionales que pisaron la alfombra roja. No estuvo ni Gorge Clooney, ni Brad Pitt. A nivel internacional, la competencia entre los festivales se está haciendo cada vez más cerrada. Muchos filmes, sobre todo los de Hollywood, han buscado otras pasarelas. El Toronto Film Festival, se ha convertido en el gran rival del Festival de Venecia.
El director del Festival, Marco Müller, decidió dedicar en esta edición un espacio a los documentales y cortometrajes entre los cuales se presentó “The Accordition” un cortometraje del director iraní Jafar Panahi. Es una historia simple sobre dos niños afuera de una mezquita, con tintes del neorrealismo italiano y tan bello como Ladrón de bicicletas (1948). A este director iraní le tienen prohibido abandonar su país y por cinco años no podrá realizar ninguna película. El cortometraje llegó al Festival porque Pahani logró meterlo antes que saliera la sentencia.
Un festival tarantiniano
Cada año, los festivales tienen un elemento especial que los distingue. Esta edición fue marcada, sin lugar a dudas, por la presencia del presidente del jurado, Quentin Tarantino. Su presencia se notó en la programación de filmes fuera del concurso como Legend of the Fist:The Return of Chen Zhen, de Wai-keung Lau, un homenaje a Bruce Lee que aborda el problema entre China y Japón, mostrando un descarado apoyo a la lucha china en donde las artes marciales y el espionaje se mezclan en una aventura de otros tiempos. También se exhibió Machete de Robert Rodriguez y Ethan Maniquis. Machete (DannyTrejo) es un ex agente federal mexicano, que después de ser traicionado por la misma organización que lo había empleado, organiza una venganza. Una fábula con golpes afilados, cabezas cortadas, sangre a voluntad y un súper duelo final, coreografiado a la perfección. La fiesta de las artes marciales continuó con el filme del director japonés Takashi Miike, 13 Assassins, siempre tan nombrado por Tarantino. El filme de Miike es un remake de una cinta del mismo nombre realizada en 1963 por Eiichi Kudo, la cual cuenta la historia de un mal procurador y sus samuráis. Sin más efectos especiales que un juego perfecto de montaje y de movimiento en el espacio, Takashi Miike reproduce toda la belleza de este género cinematográfico.
Polémicas por el León de Oro
En el jurado encabezado por Quentin Tarantino estuvo el mexicano Guillermo Arriaga. El León de Oro quedó en manos de Sofia Coppola por Somewhere. El veredicto suscitó rechiflas por parte de un público, lo cual generó un gran escándalo. Tarantino fue acusado de favoritismo cuando se supo que la directora había sido su novia. La polémica duró no solo durante la conferencia oficial, sino que se extendió por algunos días más con discusiones en todos los periódicos italianos y algunos medios extranjeros. Considerando el nivel de los otros filmes que se presentaron a concurso entre los que no puede destacarse ninguno, el de Coppola realmente se merecía ganar. Con un presupuesto bajo, es un filme nada ambicioso y muy original. Quizás Tarantino buscó apoyar el cine hecho por mujeres y Sofia Coppola era la única mujer directora que participó.
El León de Oro por la mejor actuación varonil fue otorgado a Vincent Gallo, por Essential Killing, quien interpreta a un terrorista capturado en Afganistán y deportado a una base de un país satélite ruso de donde logra huir. Es en esta lucha por la sobrevivencia que el prisionero se humaniza. No es ya un terrorista, es solo un hombre que debe escapar de los perros pero, sobre todo, aprender a subsistir en un territorio hostil. Gallo se transforma completamente, su actuación es física; a través de su mirada y sus movimientos expresa miedo, esperanza, terror, hambre y amor.
La presea a la mejor interpretación femenil fue para la joven actriz griega Ariane Labed por el filme Attenberg, de Athina Rachel Tsangari. La protagonista es una chica de 23 años que vive con su padre, arquitecto, en una ciudad industrial cerca del mar. La chica, al encontrar a la especie humana extraña y repelente, se mantiene alejada de la gente, con su única amiga. Es una historia extraña en donde Tsangari experimenta un nuevo modo narrativo a partir de algunos de los elementos de la historia de Grecia.