Del 3 al 9 de abril, 2014. Panamá.
El sello de la tercera edición del Festival Internacional de Cine de Panamá fue su mudanza al Casco Viejo, la zona más tradicional de la ciudad, un pequeño barrio sumamente fotogénico, que mezcla edificios antiguos, algunos en ruinas, con otros totalmente remodelados bajo los estándares del mejor gusto. El hotel sede –uno de los principales patrocinadores– fue el recién remodelado American Trade Hotel, un espacio con detalles vintage por doquier, que recupera una majestuosidad trendy de la construcción en la que está montado y mezcla lo más vívido de las calles, con buen gusto y comodidad. La inauguración, clausura y muchas de las premieres importantes se llevaron a cabo en el Teatro Nacional; el Anita Villalaz, el Amador y el parque al aire libre, Quinto Centenario de la Cinta Costera, otros tres bellos recintos también en esta zona de la ciudad, sirvieron para estos propósitos. Entre uno y otro había apenas algunos minutos de distancia habitados por calles encantadoras plagadas de ricos y atractivos contrastes.
Aquí abajo puedes ver un breve video con una crónica visual.
Paraíso
Mariana Chenillo, México, 2013.
Esta romcom sobre una pareja con sobrepeso sigue la fórmula del género al pie de la letra, lugar común tras cliché, apostándole todo a las particularidades de su personaje principal sin que éstas acaben de desarrollarse en el guión. Carmen es una mujer con sobrepeso felizmente casada que, debido a esta desbordante felicidad resguardada por el amor de su esposo y de su familia, no concibe su obesidad como un problema. Hasta que por razones de trabajo del hombre, el matrimonio se muda de Satélite a la Ciudad de México, donde la gente es frívola y juzga malignamente su físico. A partir de esto, Carmen, interpretada por la primeriza Daniela Rincón (quien proporciona una muy digna actuación), busca ponerse a dieta y se lleva a su pareja entre las patas quien sí logra enflacar (a diferencia de su mujer) y, además de perder peso, pierde la sensibilidad y empatía que lo caracterizaban, convirtiéndose, sin embargo, en un hombre físicamente atractivo, y distanciándolo de su esposa. La historia queda atrapada en su forma y los temas que podían desarrollarse (la superficialidad vs. el valor ‘real’ de las personas, la hostilidad que soportan las personas con sobrepeso, lo difícil que es mantener unida a una pareja cuyos miembros no logran avanzar al mismo paso) son abordados con chistes fáciles (pocas veces efectivos) y con injusticia.
SOR (@SofOchoa)
Gloria
Sebastián Lelio, Chile / México, 2013.
El cine suele posar su mirada en los niños, en los adolescentes, en los jóvenes, en los llamados adultos contemporáneos, incluso en los ancianos, pero rara vez se interesa por escudriñar la vida de quienes han dejado ya el último arañazo de juventud pero aún se resisten a formar parte de las filas de la senectud. Gloria, el filme, lo hace; con enorme respeto, con genuino interés y también con franca resolución. Paulina García es Gloria, y sin su carisma, su belleza y su arrebatadora personalidad, además de la naturalidad de su talento, este filme difícilmente habría trascendido de la forma en que lo consigue. Su interpretación la hizo merecedora del Premio a Mejor Actriz en la pasada Berlinale. Gloria es una chilena, cincuentona, divorciada, con dos hijos mayores (hombre y mujer), tremendamente atractiva y joven de espíritu. Su generación es, probablemente (al menos en Latinoamérica) la primera en la que, a esa edad, sigue habiendo individuos (hombres y mujeres) que se niegan a asumir de forma sumisa la capitulación de vivir la vida como se les antoje; sin necesidad de ceñirse a las enlamadas hormas de comportamiento habituales en la sociedad.
Gloria es un alma libre. Es como una adolescente tardía que rechaza con energía el paso a la adultez, que digo a la adultez, a la vejez. Disfruta ir a bailar sola (a clubes de mayores de cincuenta), ligar, tener sexo, emborracharse, fumarse un porro, y al mismo tiempo trabajar, llevar su casa, sufrir desilusiones, fungir como abuela y cantar; le gusta mucho cantar. Goza de ser ella, como es, apasionada y decidida. Pero como ocurre con todo pionero, no termina siendo fácil, ni en nichos abiertos a estas innovaciones en los códigos sociales, encajar plena y armónicamente con el entorno. Por lo general, suele haber un punto de fractura; un estigma donde se resquebraja la docilidad con que, idealmente, un ser como Gloria encajaría en la realidad que lleva de forma asumida. La intolerancia del tiempo, los vestigios del pasado, la incapacidad de algunos de sus contemporáneos para comprometerse a fondo con esta negación a resignarse, y en ocasiones, también, la realidad misma, hacen tambalear a Gloria, poniendo en predicamento, incluso, su dignidad. Ella, sacudiéndose, se yergue para, sometiéndose a las bondades y desdichas que sus decisiones le ocasionen, seguir viviendo. Qué filme tan comprometido es Gloria; y qué forma tan amorosa y delicada con que su director, Sebastián Lelio, la ha llevado del brazo.
AFD (@SirPon)
Tercera llamada
Francisco Franco, México, 2013.
Los conflictos, la vanidad y los egos de los actores reinan tras las bambalinas de la compañía que dirige Isa (Karina Gidi) y que está en pleno proceso del montaje de Calígula de Albert Camus. La directora no solo debe lidiar con las fricciones entre los propios intérpretes sino con los escenográfos, los vestuaristas y su productora alcohólica (Anabel Ferreira) que se desaparece constantemente a un mes del estreno de la obra. El elenco de la puesta en escena está conformado por estrellas de renombre así como de actores incipientes. En cada ensayo vemos las dificultades de un veterano histrión que olvida constantemente sus diálogos (Fernando Luján) o bien los berrinches de una actriz instalada en la pose de diva (Rebeca Jones). Pero los celos profesionales se salen de control con la llegada de Julia (Irene Azuela), una joven y talentosa actriz, que sin proponérselo, provoca que afloren las inseguridades y conflictos emocionales de sus compañeros de reparto. Mientras tanto, Isa duda si logrará estrenar la obra.
Tercera llamada es el segundo largometraje de Francisco Franco (Quemar las naves, 2007), una comedia coral que intenta retratar la miseria cotidiana de la vida teatral y de la que destaca su conocido elenco: Fernando Luján, Rebeca Jones, Irene Azuela, Silvia Pinal, Karina Gidi, Moisés Arizmendi, Jorge Poza, Martín Altomaro, Eduardo España, Cecilia Suárez o Ana Ofelia Murguía, por mencionar a algunos. La mayor parte de la historia se desarrolla dentro del teatro y los personajes tienden a exagerar las expresiones de sus respectivas caracterizaciones con chistes que se sienten forzados, además de un final poco claro. El filme resultó ganador del Premio del Público en el Festival Internacional de Cine De Guadalajara 2013, además del Premio de la Prensa y el Mayahuel a Mejor Mejor Actriz, que se repartió entre todo el elenco femenino de la película.
VSM (@SofiaSanmarin)
Los insólitos peces gato
Claudia Sainte-Luce,México, 2013.
Claudia Sainte-Luce hace una entrada consistente con su debut con Los insólitos peces gato, una historia sencilla, de bajo presupuesto que da muestras desde las primeras escenas de su esencia sentimental. Vivimos la historia a través de los ojos de Claudia (Ximena Ayala), una joven meditabunda y solitaria que trabaja en un supermercado como promotora de salchichas. Afectada por una apendicitis descuidada se interna de urgencias en un hospital público de Guadalajara. Durante su estancia conoce a Martha (Lisa Owen), su vecina de cama y enferma terminal, con la que simpatiza desde los primeros minutos. La mujer vive acompañada de su caótica y amorosa familia monoparental, sus cuatro hijos que varían en edad de la adolescencia a los veinte años, en el cuarto de la clínica. Con los días la chica va estrechando lazos con la jefa de familia y con el peculiar clan. Este encuentro y la serenidad de Martha, ofrecen a la vida sombría de Claudia una segunda oportunidad. Para la primera encarar la soledad y un sentido de pertenencia que no había tenido en aquella ciudad, para la segunda planificar el futuro de su prole pronta a quedar huérfana.
Claudia Sainte-Luce, entrega un relato claustrofóbico pero encantador sobre la familia y la mortalidad. Un guión modesto que destaca por la luminosa fotografía de Agnes Godard (Beau Travail, 1999). Los insólitos peces gatos recibió el Premio de la Crítica Internacional (FIPRESCI) para la Sección Descubrimiento del Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) 2013.
VSM (@SofiaSanmarin)
Un lobo en la puerta
O Lobo atrás da Porta, Fernando Coimbra, Brasil, 2013.
La hija de Sylvia y Bernardo está desaparecida, y todo apunta a que Rosa, la amante de él, es la responsable. A través de los interrogatorios en la comisaría expresados en flashbacks, iremos conociendo este rompecabezas de pasión, mentiras y terror. La perversión llega a tal grado que el filme podría parecer inverosímil, pero está basado en la vida real donde el desenlace fue más tétrico que en la pantalla.
SOR (@SofOchoa)
Somos Mari Pepa
Samuel Kishi Leopo, México, 2013
Alex es un adolescente de 16 años que vive en los suburbios de Jalisco. Forma parte de una banda de rock llamada Mari Pepa, integrada por tres de sus mejores amigos de toda la vida. En las vacaciones de verano, el grupo decide participar en el concurso de guerra de bandas del estado y así ganar un poco de dinero y un poco de fama. Esta historia se vive a través de los ojos de Alex –abandonado por padre pero protegido por su abuela– quien para esos días se traza varios objetivos: crear el tema para el concurso, conseguir un trabajo, y tener su primera experiencia sexual. Pero sus metas se vuelven cada vez más lejanas cuando el chico descubre que su abuela comienza a volverse más dependiente de él. Alex cae en cuenta que en adelante las cosas cambiarán para siempre y la madurez le llegará de golpe.
Somos Mari Pepa es la ópera prima del debutante Samuel Kishi Leopo, una historia sobre la amistad, la adolescencia y los anhelos. El largometraje esta inundado por un fuerte ambiente de nostalgia y sentido del humor. Las secuencias e imágenes están realizadas con sencillez, planos amplios prolongados, pero también breves flashbacks que muestran esa memoria de los amigos adolescentes que viven de distinta manera la etapa a la madurez.
VSM (@Sofiasanmarin)
La piscina
Carlos Machado Quintela, Cuba-España-Venezuela, 2011
Nos hemos acostumbrado a ver filmes cubanos que, desde diferentes ópticas, estilos, tonos e incluso géneros abordan la complicada situación social imperante en la isla caribeña. En la mayoría de los casos existe una crítica al grado de deterioro en el nivel de vida que ha sufrido el pueblo después de tantos años del régimen de los Castro y del incumplimiento de las promesas de una Revolución que quedó rebasada por el tiempo y por la obstinación cruel de sus líderes. Pero La piscina es un filme diferente. En todo caso apuesta por la alegoría. Arranca con un plano colmado de niebla que va disipándose hasta mostrar a un hombre parado en el extremo opuesto de la piscina de donde se encuentra la cámara que lo retrata. Se trata -poco a poco la visibilidad se aclara y una sucesión de planos fijos permiten comprobarlo- de una alberca vieja, que evidencia que el tiempo ha dejado su marca en ella, pero que ha logrado preservarse lo estrictamente suficiente para poder seguir hospedando con dignidad al agua. Poco después descubrimos que el hombre es el lacónico maestro de natación de cuatro adolescentes que sufren, cada uno, discapacidades distintas. El filme parece estar armado de forma geométrica, con la cámara sólo moviéndose para estéticamente enseñar un ángulo diferente del rectángulo en que todo ocurre (todo siendo, en realidad, muy poco), dejándose intervenir por planos cerrados a los rostros de los protagonistas, tanto para leer un poco más sobre lo que son ellos y lo que representan, como para dar juego escénico, desde la inmovilidad, a la dinámica de relaciones entre ellos y de ellos con la piscina. Un capítulo intermedio, especie de interludio, en el que seguimos a los cinco a comer a un sitio, en la calle, pegado a su centro recreativo, sirve para romper el esquema, pero también para de inmediato reafirmarlo. Dos de ellos (el chico probablemente con secuelas de polio y la chica con carencia de una extremidad) molestan a los otros dos (uno mudo y con Síndrome de Down el otro, enamorado de la chica, que es la líder). Pero poco hablan y el instructor poco interviene, más allá de con miradas ausentes, señalamientos sobre el nado, gestos de seco cariño y aliento a sus discípulos, y algún comentario sobre lo que en su vida no fue. Se aprecian ciertos símbolos (el descrito de la alberca; el potencial no actualizado del profesor de nado; personas en inferioridad de capacidades para afrontar la vida, por ejemplo), la confección de la atmósfera llena de enigmas es un acierto, pero no termina de cuajar el que el director, Carlos Machado Quintela, deje tantos acertijos sin resolver, por el hecho de no quedar suficientemente planteados. Parece el esbozo de un filme interesantísimo a desarrollar. Aunque como en todo misterio lo suficientemente atractivo, hemos quedado enganchados, en este caso para seguir de cerca su siguiente proyecto.
AFD (@SirPon)
Ilo ilo
Anthony Chen, Singapur, 2013.
Teresa, una mujer de Filipinas, debe dejar su hogar y a su hijo pequeño para ir a ganar dinero como empleada doméstica en Singapur. Cuando llega a vivir a este pequeño departamento habitad por una familia de tres, los problemas que flotaban en el aire se remueven y crean pequeñas explosiones que hacen que el estatus quo sea imposible de mantener. La madre dominante está embarazada y es quien asume con más fuerza la responsabilidad de la familia, ya que el padre ha perdido la confianza en sí mismo –en gran parte debido a la pérdida de su empleo– y carece de fuerza para hablar abiertamente de sus problemas y situación con su esposa. El niño reciente esta incomunicación a través de una rebeldía caprichosa que se traduce en desobediencia y maltrato en contra de su única subordinada: Teresa. Poco a poco, todo manejado con mucha intimidad y detalle, los problemas de cada uno, resaltados por el contexto de la crisis económica asiática de los noventa, los problemas van tomando su curso y convirtiéndose en oportunidad, dando un tierno retrato sobre los lazos que se tejen entre quienes parecían desiguales e incompatibles para crecer sin que duela demasiado.
SOR (@SofOchoa)
Les salauds
Los perversos, Claire Denis, Francia-Alemania 2013.
No abundan los directores que, como Claire Denis, puedan cambiar drásticamente la temática a auscultar y el tinglado estilístico con que abordarlo en cada nueva película. Revisen su filmografía y lo mismo verán cavilaciones sobre el glorioso pasado de Francia con ecos en historias personales en desgracia; estudios de la naturaleza pasional del canibalismo; observaciones sobre la fragilidad de los destinos aparentemente anhelados; cuestionamientos alrededor de la obcecación por preservar un mundo que se ha derrumbado… por sólo mencionar algunos. Y, sin embargo, siempre es fácil reconocer su mirada, su voz, su temple, a través de algunos tropos, variadas obsesiones, ciertos gestos, recurrencias en la forma y en el fondo. Menos directores, aún, ocupan el espacio de la pantalla fílmica como ella lo hace. Y es capaz, siempre, de filmar con sensualidad única hasta los momentos menos sensuales de sus historias.
Los perversos es un filme complejo y bestial, con una trama intrincada y plagada, además, de espinosos temas de dimensión moral. La perversión, invitada permanente en las películas de Denis, no sólo en su vertiente sexual, sino en casi cualquier acepción ocupa, como el título en español evidencia, un lugar preponderante en esta historia. Perversos son no únicamente a quienes obviamente hace referencia el filme; todos los involucrados lo son, de una u otra forma. Vicent Lindon es Marco, un marinero que regresa a París al ser enterado del suicidio de su mejor amigo y cuñado. Progresivamente irá advirtiendo, al tiempo en que enamora a su hermosa vecina, Raphaëlle (Chiara Matroianni), del grado de implicación de su esposo en la catástrofe que infligió a la familia de su hermana. Desde la secuencia inicial, sugestiva con toques oníricos y líricos, la realizadora francesa imprime el tono enigmático, con toques de thriller, que desarrollará a lo largo de este valiosa película, en la que la cámara siempre está inquietantemente próxima a los personajes, y la habitual música de los Tindersticks ilustra la ambigüedad de todo cuanto atestiguamos. Los perversos es infinitamente superior a varias de las cintas que compitieron por la Palma de Oro en Cannes, a pesar de haber sido relegada a la Quincena de los Realizadores.
AFD (@SirPon)
Por las plumas
Neto Villalobos, Costa Rica, 2013
Un velador sueña con una vida mejor que esté a su alcance: comprar un gallo, entrenarlo y hacerlo un campeón de las peleas locales. Para lograr su cometido y vencer los ligeros obstáculos que se convierten en faenas, poco a poco se va haciendo de amigos: una empleada doméstica que vende artículos de belleza por catálogo, otro velador que le ha dado orden a su vida a través de la religión y un chavito trompetista que quiere aprender a entrenar gallos. Narrada a manera de comedia, con un simpático protagonista (Marvin Acosta), con encuadres a menudo simétricos y bien colocados, esta sencilla historia resulta solo anecdótica y no ahonda más de lo necesario para esta ligera narrativa en el aura de los personajes, de la atmósfera, ni del lugar.
SOR (@SofOchoa)
Club Sándwich
Fernando Eimbcke, México, 2013
El director mexicano -ganador del premio al Mejor Director en el Festival de San Sebastián por esta cinta- sigue centrando su mirada en los adolescentes y cuenta una historia de descubrimiento de la sexualidad en un escenario ideal: un hotel en temporada baja. Una madre soltera –con tendencia al síndrome de Yocasta- debe enfrentar el primer noviazgo de su único hijo adolescente –con complejo de Edipo- con el que tiene una relación muy particular. El arribó de una grácil jovencita romperá con los planes y armonía de la familia. La tragedia de aceptación por parte de la progenitora es presentado en un tono cómico-dramático.
Club Sándwich tiene un ritmo pausado, contemplativo y diálogos escasos que son intervenidos por bromas ágiles y situaciones que terminan por volverse hilarantes, como la inolvidable secuencia de baile sexy por parte de la bella y rolliza jovencita. La cinta se convierte a lo largo de la trama en un verdadero divertimento visual. Dos personajes sostienen el metraje: María René Prudencio y Lucio Giménez, hijo del actor Daniel Giménez Cacho.
VSM (@Sofiasanmarin)
La vie d’Adèle (La vida de Adele)
Abdellatif Kechiche, Francia / España / Bélgica, 2013.
La vie d’Adèle aparenta ser un filme sencillo sobre el descubrimiento del amor, las mieles de su desarrollo, sobre su poder transformador y sobre la sobrecogedora tristeza que nos embarga con desesperación cuando éste termina y que permanece embadurnada de ternura aún tiempo después, cuando la ruptura ya se ha superado.
Pero esta historia escapa al peligroso y sumamente atractivo lugar común (debido a la repetición de fórmula con la que generalmente el cine, sobre todo de Hollywood, aborda estas historias), gracias a las perfectamente orquestadas actuaciones de las jóvenes Léa Seydoux y Adele Exarchopoulos, al empeño del director Abdellatif Kechiche en serle fiel a la perfección de los detalles, en querer mostrar la vida de Adele en toda la complejidad de lo cotidiano, a la profundidad de los personajes que vemos crecer y cambiar con el paso del tiempo, a tener en el centro una pareja de lesbianas que, a pesar de serlo y tener que enfrentar así, en su diferencia, al mundo, a la familia, viven el amor en plena igualdad a una pareja heterosexual, y también a sus largas, explícitas y pasionales escenas sexuales que enamoraron a la crítica desde su estreno en el Festival de Cannes cuando ganó la Palma de Oro.
SOR (@SofOchoa)
Only Lovers Left Alive
Jim Jarmusch, Reino Unido, 2013
En primera instancia parecería que este filme de vampiros ha sido un mero divertimento para Jim Jarmusch, quien se ha solazado en la confección de un juego estilístico elegante y muy atractivo. Podría perdonarse a quienes se quedaran, de forma voluntaria o forzosa, en la epidermis del filme. Pero Only Lovers… invita a clavarle los colmillos y extraerle toda la savia que, eh, con sabiduría, ha esparcido este gran director norteamericano a lo largo y ancho de él. Adam (Tom Hiddleston) y Eve (Tilda Swinton) –sus nombres apenas el primer gag de una serie continua y gozosa de referencias históricas, musicales, fílmicas y culturales cargadas de fermentado y seco humor- forman una pareja de centenarios vampiros que buscan reunirse tras un tiempo de separación. Él es famoso músico que vive como ermitaño en Detroit, Estados Unidos, ayudado por un fanático que promete no decirle a nadie de su paradero y que le consigue cuanta excentricidad se le ocurre a Adam (por ejemplo, una bala con cabeza de madera). Ella vive en Tánger, Marruecos, pero viajará a Detroit para reunirse con Adam. Apenas empiezan a disfrutar el reencuentro cuando les cae el chahuiztle, en forma de la hermana de Eve, Ava (Mia Wasikowska), quien pervierte de tal forma el misterio de sus vidas y la tersa adecuación a los nuevos ritos vampíricos, que se ven obligados a modificar intempestivamente los planes con que inicialmente pensaban llevar a cabo este nuevo capítulo de sus vidas como amantes. Tom y Tilda hacen una pareja formidable (pese a lo que uno podría imaginar al pensarlos juntos), la música elegida por Jarmusch es suntuosa, la fotografía refinada, los encuadres inventivos y, por encima de todo, el recubrimiento existencial al momento de tratar el tema de la inmortalidad es profundo (constantemente salpicado de críticas a lo erróneo que suele ser el comportamiento humano) y al mismo tiempo divertidísimo. Una delicia de evento fílmico de Jim Jarmusch.
AFD (@SirPon)
De tal padre, tal hijo
Hirokazu Kore-eda, Japón, 2013.
Lee aquí nuestra reseña de Like Father, Like Son
El drama sigue a dos familias que descubren que sus hijos, actualmente de seis años, fueron intercambiados al nacer en el hospital, de manera que cada uno crece con la que no es su familia biológica. A partir de esta revelación, decisiones conmovedoras sobrevienen sobre la naturaleza versus crianza, los padres y la identidad. Ambas familias deberán decidir a qué valores de la paternidad y maternidad deberán darle prioridad.
Like Father, Like Son de Hirokazu Kore-eda (Kiseki, 2011) se sitúa en la época contemporánea y está estructurada de una manera progresiva, cronológica, sin sobresaltos ni sorpresas. La atmósfera serena de la cinta la dota de una cadencia suave durante las escenas del primer encuentro entre las familias, los juegos, los diálogos, las interacciones entre los niños y sus nuevos padres se van sucediendo de manera natural. El cineasta consigue un retrato delicado del tema filial y del mundo adulto que se ve convulsionado por los quiebres de la infancia. La película fue una de las grandes favoritas a la Palma de Oro del pasado Festival de Cannes. Aunque no ganó el principal galardón sí se llevó el Premio del Jurado, además de una Mención Especial del ecuménico comité encabezado por Steven Spielberg (quien, por cierto, está interesado en producir una versión hollywoodense de este drama familiar).
VSM (@SofiaSanmarin)
La lonchera
Ritesh Batra, India / Francia, 2013.
Ila (Nimrat Kaur) es una solitaria ama de casa que desea añadirle nuevos ingredientes a su relación. Empeñada en cambiar el sabor de su rancio matrimonio, se esmera y prepara con suma delicadeza y cariño platillos especiales para Rajeev (Nakul Vaid), su negligente marido. Accidentalmente, al enviar la comida a su esposo, ésta llega a otras manos, y Saajan (Irrfan Khan), un hombre desanimado, viudo, oficinista y a punto de jubilarse, termina consumiendo el almuerzo que era para otra persona. Ante la indiferencia de su esposo, Ila se percata que alguien más consumió la comida. Decide enviar la misma lonchera con una nota, y así comienza una inusual amistad entre Saajan e Ila, quienes hablan de sus alegrías y tristezas, comparten sus frustraciones y sus anhelos sin siquiera conocerse en persona.
En su primer largometraje, Ritesh Batra retrata una práctica habitual en la India: el sistema de suministro de almuerzo de Mumbai a cargo de los “dabbawallahs”. Varios repartidores en bicicleta entregan a diario en las oficinas de los hombres, miles de loncheras que contienen los almuerzos preparados por las amas de casa. Sin embargo, los errores surgen, y uno de ellos es empleado por Batra para proponer la conexión de dos desconocidos por medio de la comida y de la correspondencia. Destaca la actuación de Irrfan Khan (Slumdog Millionaire, 2008; Life of Pi, 2012), quien hábilmente –mediante sutiles gesticulaciones– desarrolla el paulatino crecimiento de su personaje. El filme retrata a seres humanos, cuyas decisiones cambian sus vidas basándose en lo que es mejor para ellos sin la preocupación de la salida fácil y complaciente. El desenlace se mantiene fiel a las motivaciones de los personajes que se desarrollan con lucidez a lo largo del relato.
LFG (@luisfer_crimi)
Wadjda
Lee aquí nuestra reseña de La bicicleta verde
Wadjda (Waad Mohammed) es una niña saudí de diez años. Es extrovertida y vivaz, y es incapaz de conducirse conforme a las modas y comportamientos tradicionales de una chica árabe que convive bajo las estrictas normas sauditas, donde la movilidad de las mujeres es limitada y andar en bicicleta es considerada una amenaza para la virginidad de una doncella. Pero Wadjda es diferente, y se ve atraída por la bicicleta de Abdullah (Abdullrahman Al Gohani), su mejor y único amigo. El día que la chica ve una bicicleta verde en la tienda de su barrio, decide que ningún obstáculo evitará que sea suya, aunque tenga que aprender a recitar el Corán de memoria para ganar el concurso que su escuela ha organizado, y cuyo premio le aportaría el dinero necesario para poder comprarla.
La bicicleta verde (Wadja), es la ópera prima de la realizadora árabe Haifaa Al-Mansour, una historia tierna y luminosa que aborda temas complejos como la situación de la mujer en Arabia Saudita, el machismo imperante o la rígida educación islámica en los colegios. Con La bicicleta…Mansour se convirtió en la primera cineasta local en rodar un largometraje íntegramente en aquel país, una región que carece de una infraestructura acondicionada para el ejercicio cinematográfico, y en el que la exhibición comercial de películas lleva prohibida tres décadas.
VSM (@SofiaSanmarin)
El gran maestro
Wong Kar-Wai, Hong Kong / China / EE.UU., 2013
China, 1936. En vísperas de la invasión japonesa, el gran maestro del norte Gong Yutian (Qingxiang Wang), asiste a Foshan, al Pabellón Dorado, invitado por los maestros del sur para celebrar su retiro de las artes marciales. La Manchuria ya tiene sucesor y el honor recae en Ma San, discípulo favorito de Yutian. Antes de su jubilación el anciano concede al sur su propio heredero, por lo que comienza su búsqueda. Ip Man (Tony Leung), un profesor del arte marcial Wing Chun, es el elegido para que desafíe a Yutian. Pero Gong Er (Ziyi Zhang), la joven y bella hija del maestro, se opone al enfrentamiento pues considera que Ip es más joven que su padre. El luchador deberá entonces combatir con Yutian y después con ella. A partir de este encuentro Ip Man se cruzará en diversas ocasiones con Gong Er. En ese mundo regido por las artes marciales, las rivalidades y la guerra, tiene lugar la improbable historia de amor entre los dos héroes.
Wong Kar-Wai incursiona por segunda vez en el terreno de las artes marciales (Ashes of Time, 1994) con The Grandmaster, un filme en el que hace un sentido homenaje al legendario maestro de kung fu, Ip Man -quien tuvo entre sus alumnos a Bruce Lee- y al género de las artes marciales, en una historia que se desarrolla en un tiempo de dura transición política para China. Los paísajes lluviosos y nevados del norte de aquel país, las secuencias acompasadas, la estilizada coreografía de sus luchas y el heroísmo inmaculado de sus protagonistas forjado en una rígida escala de valores, están cargados de la nostalgia, la sensual melancolía y el lirismo visual característicos del director de filmes de culto como In The Mood For Love (2000) o 2046 (2004).
VSM (@SofiaSanmarin)
La grande bellezza
Paolo Sorrentino, Italia / Francia, 2013.
Lee aquí nuestra reseña de La grande bellezza.
La grande bellezza, el nuevo trabajo del director italiano Paolo Sorrentino, representó a Italia en la competencia por el premio Oscar como Mejor Película Extranjera y fue la película ganadora de la categoría. La cinta, un homenaje a Roma y a La Dolce Vita de Federico Fellini, se centra en la historia de Jep Gambardella (Toni Servillo), un veterano periodista que se mueve entre la cultura y la mundanidad de la ciudad eterna.
Jep disfruta al máximo de la vida social de la urbe. Asiste a cenas y fiestas chic, donde su ingenio y deliciosa compañía son siempre bienvenidos. Esconde su desencanto tras una actitud cínica que le lleva a ver el mundo con cierta lucidez amarga. Cansado de su estilo de vida, sueña con volver a escribir, aferrándose a las memorias de un joven amor en el que sigue anclado. ¿Lo conseguirá? ¿Será capaz de sobrevivir a esta profunda repulsión que siente hacia sí mismo y hacia los demás, en una ciudad cuya belleza, a veces, lleva a la parálisis?
VSM (@SofiaSanmarin)
Las brujas de Zugarramurdi
Un par de aprendices de ladrones emprende un accidentado atraco a una joyería española. La inusual pareja, uno disfrazado de Jesucristo plateado (Hugo Silva), el otro de soldadito verde (Mario Casas), se hace acompañar de un niño de ocho años, Sergio (Gabriel Delgado), hijo de José (Silva). El plan se sale de control cuando el soldado que responde al nombre de Antonio (Casas), pierde el coche en el que pretender escapar porque su novia –que no sabe nada del asalto- se lo lleva para hacer las compras. Los delincuentes huyen de la policía y secuestran a un taxista (Jaime Ordoñez) y a un pasajero. Con el botín a cuestas, las estatuas humanas escapan hacia el norte hasta internarse en la espesura del bosque que los lleva a Zugarramurdi, un poblado casi fantasmal donde caen en manos de unas sanguinarias hechiceras (Carmen Maura, Carolina Bang, Terele Pávez) interesadas en el trofeo que llevan y con muchas ganas de vengarse del género masculino.
Después de Acción mutante (1993), Perdita Durango (2011) o El día de la bestia (1993), entre otras, Álex de la Iglesia regresa con otra comedia de humor negro: Las brujas de Zugarramurdi. La historia es una mezcla de acción, comedia y terror que hace un retrato de la eterna guerra entre sexos a través de un personaje sobrenatural, propio del folclor popular y, en este caso de raíces vascas: La bruja. El guión permite jugar con las visiones dispares y enemistadas de hombres y mujeres o con las típicas rencillas de pareja. Todos los géneros con los que el director ha experimentado (la sátira, el horror, la acción) en el pasado están de vuelta en este filme que brilla por la capacidad de De la iglesia de trasladar a la pantalla grande su imaginería salvaje, pero con un mayor presupuesto que puede apreciarse en los efectos especiales que despliega la cinta. Sin embargo, en la segunda mitad de la cinta, el aspecto humorístico se disloca en una serie de escenas ridículas que dilapidan todo el potencial que se deja entrever durante los dos primeros tercios de la cinta. Durante la pasada gala de los Premios Goya, Las brujas de Zugarramurdi recibió 8 galardones, la mayoría de carácter técnico.
VSM (@SofiaSanmarin)
La jaula de oro
La jaula de oro, producida entre México, Guatemala y España, y dirigida por Diego Quemada-Diez, sigue a tres adolescentes en su intento por completar un largo viaje desde Guatemala a Estados Unidos con la mente puesta en una vida mejor. Durante su paso por México, Juan, Sara y Samuel -quien abandona la jornada- conocen a Chauk, un indígena que no habla español y que se les une en el viaje en el que policías corruptos, secuestradores, criminales y francotiradores impulsan las relaciones entre los personajes y lo sombrío de una jornada concebida en las entrañas de la inmigración.
Con una factura técnica de ecos documentales y cuyo uso de 16mm captura no solo -mediante su crudo y granulado formato- las vejaciones que sufren los inmigrantes en la que podría denominarse una train movie, sino también, a momentos, las cuotas de inocente esperanza siempre ancladas en el miedo de enfrentarse a la realidad -como la escena en que Juan huye y un hombre a caballo se cruza con él-, La jaula de oro es un filme inquietante y profundamente sentimental, que a través de las auténticas actuaciones de sus protagonistas le da un memorable espacio cinematográfico a aquellos que aún son lo suficientemente tenaces, desesperados, crédulos o inocentes para arriesgarse a cruzar fronteras.
JAR (@franzkie_)
Invasión
Abner Benaim, Panamá, 2014
El año pasado, el director panameño de origen judío, Abner Benaim, presentó su filme, Empleadas y patrones (2010), un documental polifónico que a través de una larga sucesión de ‘talking heads’ mostraba las dos caras de la compleja relación que se establece entre el servicio doméstico y sus contratantes; y, a través de ella, no sólo la fuerte tensión inherente en este pacto que hereda mucho de la esclavitud, sino de especial importancia, la manera en que los panameños se ven a sí mismos y la forma en que socialmente están estratificados no sólo con base en el dinero, también en la raza. En esta ocasión, ha sido en el festival que se proyecta la premiere mundial de Invasión, un trabajo también coral acerca de aquel día, no tan lejano, en que los Estados Unidos invadieron militarmente Panamá con el pretexto de atrapar a quien previamente habían apoyado y después consideraron un criminal (fuertemente vinculado al narcotráfico), que entonces fungía como Presidente del país, el general Manuel Antonio Noriega, dictador. A pesar de que lo anterior ocurrió en 1989, se trata de un tema que los panameños parecen haber querido enterrar para que su sombra no manche el presente y menos el futuro de este joven país. Pero la historia no puede simplemente borrarse y Benaim, mezclando entrevistas concertadas con otras callejeras, interviniendo él dentro del cuadro y permitiendo que los relatos y recuerdos de la gente (de todo tipo y origen) cobren vida, coteja a través del montaje las diferentes versiones que tienen los panameños tanto de qué hacían ellos y cómo vivieron ese macabro día en el que murieron tantos inocentes (como consecuencia de la arrogancia y torpeza de los gringos ‘libertadores’), como de la posición que tenían (o tienen) respecto al peor de los males en esa disyuntiva cruel, sin matices (y en la que ni siquiera tuvieron posibilidad de incidir), que en aquel momento vivió su patria: o ser manejados por los gringos, que a su llegada masacraron civiles sin pudor, o seguir siendo gobernados por un tirano corrupto, sin escrúpulos. Benaim elude orientar el filme hacia los terrenos de su propia versión y en la multiplicidad de voces (que incluyen las del ‘Manos de Piedra’ Durán y de Rubén Blades, por ejemplo) es inevitable que las posibles certezas queden más enmarañadas. Pero, definitivamente, es Invasión un valioso testimonio que con seguridad detonará trascendentes discusiones no únicamente sobre ese terrible episodio y la necesidad de que los jóvenes lo conozcan (desde sus raíces); también acerca de qué tipo de país es el que a partir de entonces han ido construyendo y cómo les interesa desarrollarlo. Arrancando páginas de la historia, está claro, sólo conseguirían obnubilar más su camino.
AFD (@SirPon)
Habanastation
Dir. Ian Padrón, Cuba, 2011.
Cuba sigue siendo un secreto. Hay que ir a Cuba para conocerla o, al menos, ver su cine. Habanastation retrata una parte de La Habana de la que poco se habla; muestra a una familia de clase media que no solo no tiene carencias económicas, sino que vive con ciertos lujos: en un barrio clasemediero, limpio, tienen una camioneta del año, el padre de familia es músico de jazz que viaja por el mundo, la esposa es su manager y el hijo, un chico de doce años, anhela que su padre le traiga de su más reciente viaje un Play Station 3. Cuando finalmente lo tiene, por una serie de circunstancias azarosas un tanto forzadas, termina en una zona pobre de La Habana, con un compañero de la escuela con quien tenía una relación ríspida. Como es de esperarse, la necesidad de ser cuidado de uno, y el deseo de jugar Play Station del otro, los obliga a unirse y limar asperezas. Así, el niño rico sale de su soledad para reconocer valores de las calles cubanas como la amistad, la integridad, el valor, la valentía. Esta dicotomía es retratada con cierto maniqueísmo, con música que dicta emociones, y con actuaciones y un montaje carentes de ritmo. El filme cobra valor por lo que muestra, por la intención con la que lo hace, pero no por cómo lo hace.
SOR (@SofOchoa)
El alcalde
Dir. Emiliano Altuna, Carlos F. Rossin, Diego Enrique Osorno, México, 2012
El alcalde es un documental en que se nos presenta a Mauricio Fernández, polémico alcalde de San Pedro Garza García, el municipio más rico y seguro de América Latina. Un personaje que se presenta a sí mismo como una figura capaz de mantener su municipio “limpio” de la presencia de los cárteles de la droga sin importar los métodos para conseguirlo. El alcalde describe una etapa salvaje de un país marcado por la violencia y el desprestigio de la clase gobernante.
Hace un tiempo entrevistamos a dos de sus directores. Aquí puedes ver la entrevista.
SOR (@SofOchoa)
Berberian Sound Studio: La inquisición del sonido
Dir. Patrick Strickland, Reino Unido, 2012
En la década de los setenta, Gilderoy –británico y notable ingeniero de sonido– llega a Italia para trabajar bajo las órdenes del productor Franceso Coraggio en El vértice ecuestre, filme dirigido por Giancarlo Santini. Sin saberlo, el afable, tímido e ingenuo especialista en sonido, se involucra en un proyecto sobre brujas, duendes, violaciones, mutilaciones y torturas. Las sádicas acciones no son vistas en pantalla, sólo escuchadas y representadas mediante una amplia y creativa gama de sonidos y voces. Gilderoy es un experto que no sólo genera efectos sonoros –aplasta frutas y vegetales para simular mutilaciones y sangrientas decapitaciones– sino que también graba los diálogos y los gritos de las protagonistas para manipularlos y dotarlos de suspenso y horror. La hermética atmósfera generada al interior del estudio Berberian Sound y las tensiones laborales entre productor, técnicos y actrices confunden a Gilderoy, quien –acostumbrado a trabajar en otro tipo de proyectos en su país– comienza a sumergirse en una espiral infernal cercana a la locura adentrándose al verdadero horror del sonido.
En su segundo largometraje, el inglés Peter Strickland parte de una premisa literaria que Franz Kafka empleó en El castillo: un hombre que es contratado para realizar un trabajo al interior de un espacio, cuyos propietarios no le explican con exactitud el sentido de su labor. Una vez que el extranjero llega a otro país descubre otro mundo; insólito, cruel, distinto al idilio que vivía en casa, y quizá, a pesar de su crueldad y horror, mucho más honesto y cercano al mundo real. Berberian Sound Studio: La inquisición del sonido es un thriller psicológico que en su juego metatextual rinde homenaje al diseño de sonido, la sincronización de éste con la imagen y su importancia para involucrar a los espectadores. También es un homenaje al género ‘giallo’ aquel lleno de sadismo, violencia sexual, sangre y horror explícito cuyos máximos exponentes son los italianos Mario Bava y Dario Argento. Y por último es una obra con guiños al Club Silencio de Mullholand Drive de David Lynch y a la fragmentación explícita del filme empleada por Ingmar Bergman en Persona.
LFG (@luisfer_crimi)
Rompiendo la ola
Panamá, Annie Canavaggio, 2014
Es reducida todavía la producción cinematográfica panameña. Pero lo que ha surgido durante los últimos años posee la fuerza, el encanto y la sensación de búsqueda esperanzada de las primeras veces. Rompiendo la ola de Annie Canavaggio está enfocada en tres talentosísimos surfers de un pequeño poblado de pescadores, Santa Catalina: Oli, Cholito y Deivis. Su vida parece estar regida por una condena económica social: su poblado es tan pobre que deben trabajar diario para comer todos los días. Pero su talento y amor por el control sobre las olas es tal, que aunque el deporte es sumamente exigente y caro, ellos luchan por seguir en él, aunque los patrocinios de los que normalmente viven los surfers profesionales parezcan algo inalcanzable. Nuevamente, su condición social, incluso su aspecto físico, mulato, parecen ser condenas contra la estabilidad económica que deben romperse para poder superarse.
Este viernes se llevó a cabo, en el Festival Internacional de Cine de Panamá la premiere mundial de Rompiendo la ola. Entrevistamos a su realizadora, Annie Canavaggio, y nos habló sobre sus razones para hacer la película, sobre la universalidad de sus temas y sobre la particularidad del contexto político de desigualdad en el que se desarrolla. Puedes ver nuestra entrevista abajo.
SOR (@SofOchoa)
Amor crónico
Cuba, Jorge Perugorria, 2012.
Parte documental, parte homenaje al cine cubano (afincado en el poder onírico y festivo de Fellini), Amor crónico sigue la gira de CuCu Diamantes –la cantante cubanoamericana nominada al Grammy y fundadora del grupo Yerba Buena–, a través de Cuba. En cada ciudad isleña, se muestra pietaje de parte de una canción interpretada durante los conciertos brindados en cada uno de estos poblados. Y entre show y show, sucede una clase de sketch ficticio en el que los avatares sufridos para trasladarse de un lugar a otro, con pocos recursos, en una Cuba precaria, poco urbanizada, casi bucólica, son contados con humor y mucha nostalgia. CuCu es una artista encantadora, con una presencia escénica rotunda, y ella sola podría ser pretexto suficiente para ver el filme. Pero la ópera prima del actor cubano Jorge Perugorría (Fresa y chocolate) no se acomoda en ella. A pesar de haber sido filmada en pocos días, Amor crónico
SOR (@SofOchoa)
El último día del festival estuvo dominado por la química entre los actores Ricardo Darín (argentino) y Luis Tosar (español). Darín es uno de los mejores actores del mundo, de los pocos capaces de reinventarse en cada papel, lo que ha hecho que se le reconozca como una figura latinoamericana sin haber formado parte del poderoso starsystem de Hollywood, y el más joven Tosar es uno de los mejores y más importantes actores de España. La razón para juntarlos fue su participación en la película que cerró el festival: Una pistola en cada mano (2012), que gracias al festival estrenará en mayo en cartelera comercial panameña.
En conferencia de prensa, llevada en un tono relajado, impregnado del buen humor de ambos, y en la que, además de los dos actores, estuvieron presentes Pituka Ortega, directora del festival, y Diana Sánchez, directora creativa, se tocaron puntos interesantes sobre la cinematografía iberoamericana. Por ejemplo, sobre el desarrollo del cine latinoamericano, Darín dijo que, a su parecer, anteriormente se hacían películas que requerían fijar su mirada hacia el pasado y que las nuevas generaciones de cineastas están mirando hacia el futuro, están teniendo la oportunidad de crear imágenes sobre lo que vendrá. Añadió también un emotivo y cierto reconocimiento al festival, que más adelante, en la noche, durante la ceremonia de clausura en el Teatro Nacional, Tosar retomaría con efusión: el IFF Panamá es un festival extraordinario, que esta creciendo con fuerza, que está uniendo a los hablantes del español y del cine y que está dándole más importancia a la parte humana, incluso por encima del cine mismo, porque, a fin de cuentas, de lo que habla el cine es, precisamente, de las personas.
Antes de que diera inicio la proyección de la película de cierre, se entregaron los tres premios del público que otorga el festival. Dos de ellos se los llevó el documental Invasión, del panameño Abner Benaim. No es de extrañar que este documental que recupera a través de testimonios el episodio de la invasión de Estados Unidos a Panamá para sacar al dictador Noriega del poder, haya sido el gran ganador de la noche. La gente panameña lo recibió con gran apertura desde su estreno y rápidamente se corrió la voz. El ganador del premio del público a Mejor Largometraje de Ficción fue 3 Bodas de Más de Javier Ruiz Caldera, que había ganado el mismo premio, con otra película, el año pasado.
Una pistola en cada mano (Cesc Gay) es una comedia no romántica, enfocada en hombres, sobre la infidelidad, narrada en viñetas que tienen su reunión hacia el final. Como suele suceder con este tipo de películas, el tema no es desarrollado con profundidad, solo esbozado.