Mike Chandler (Nicolas Cage), un experimentado oficial de policía a punto de jubilarse, debe -junto con su colega y yerno, Steve (Dwayne Cameron)- trasladar a la corte a un joven que está cumpliendo un castigo. Sin embargo, durante el trayecto que parece de lo más rutinario, los dos policías se ven obligados a responder a una llamada de emergencia debido a un robo en el que cuatro despiadados criminales -bien armados y con entrenamiento militar- atacan el Bank of America y toman como rehenes a 26 personas, incluidos empleados y clientes. Mientras esperan el auxilio de los equipos especiales SWAT, Mike y Steve deben ingeniárselas para sobrevivir en la escena del crimen. Una trama en la que los tiroteos son más frecuentes que los diálogos y donde la exaltación de la acción domina toda la narrativa. El gran asalto (211, 2018), dirigido por Alec Shackleton (Pretty Perfect, 2014), tiene momentos de ferocidad, pero es un thriller de acción poco convincente, con fórmulas demasiado pronunciadas. El mayor problema del filme radica en querer introducir muchas tramas secundarias que no se unen entre sí, que permanecen abiertas y cuya función no se comprende. El primer ejemplo se da desde el principio: una escena inútil en Afganistán en la que un grupo de mercenarios armados hasta los dientes ejecuta un robo para extraer una jugosa cantidad de dinero. Otro problema, el diseño de los personajes; Nicolas Cage ni siquiera es ayudado por un guion que describe a Mike desde los estereotipos. Apático y cargado con los clichés más melodramáticos: es viudo, no tiene una buena relación con su hija, está frustrado en el trabajo y justo cuando piensa en el retiro se sumerge en un tiroteo que amenaza su vida.
Fecha de estreno en México: 14 de diciembre, 2018.