Ethan Renner (Kevin Costner) es un veterano agente de la CIA que, después de una misión fallida en Belgrado para detener a un peligroso terrorista conocido como El Albino (Tómas Lemarquis), es diagnosticado con un tipo de cáncer en el cerebro. Ante los pocos meses que le quedan de vida, Renner decide retirarse y trasladarse a París para dedicarle tiempo a su esposa, Christine (Connie Nielsen), e hija, Zooey (Hailee Steinfeld). Sin embargo, su última oportunidad de ser un esposo dedicado y padre responsable se ve opacada cuando la agente, Vivian Delay (Amber Heard), le ofrece una cura a su enfermedad a cambio de capturar al terrorista conocido como El Lobo (Richard Sammel). Por cada enemigo que extermine, ella le otorga una inyección del medicamento que le provoca una serie de alucinaciones. Todo esto a escondidas de su hija, quien no sabe nada sobre las actividades que realiza Ethan.
Producida y escrita por el cineasta francés, Luc Besson (The Fifth Element, 1997), 3 Days to Kill posee un ritmo frenético –y constantemente acelerado– que es empleado para intentar ocultar lo descabellado e incongruente de los acontecimientos representados en pantalla: las locaciones en París sirven como escenario de persecuciones en automóviles, explosiones en edificios, tiroteos y torturas que –más que temor– buscan provocar risas sádicas. El director, McG (Charlie’s Angels, 2000; Terminator Salvation, 2009), muestra a cada instante al protagonista Kevin Costner. El veterano actor emana frescura y carisma para representar al agente rudo, al padre cariñoso y al esposo con sentido del humor. Este thriller de espionaje quizá podría resultar atractivo por su premisa (sobre un enfermo terminal que desea acercarse a su familia), pero en su ejecución se desvía por muchos rumbos (absurda acción, drama familiar, humor y sentimentalismo) creando incomodidad más que originalidad.
LFG (@luisfer_crimi)