María Laura (Aislinn Derbez), conocida por sus amigos como “Mala”, es una joven y bella actriz desempleada, cuya suerte no le favorece cada que acude a un casting para un comercial de televisión. Ante la desesperación de no hallar trabajo, Mala es convencida por su mejor amiga, Kika (Papile Aurora), para jugarle una trampa al novio de esta última y así demostrar que él es capaz de serle infiel. De esta manera, la joven comienza a ser contratada por otras mujeres para seducir a los novios y esposos, y verificar si ellos son fieles o no. Mala aprueba el casting para trabajar en una serie televisiva, pero Patricia (Daniela Schmidt), la productora del proyecto, le pone como prueba final engatusar a su exnovio, Santiago (Mauricio Ochmann), un destacado empresario.
A la mala (2015), tercer largometraje de Pedro Pablo Ibarra (El cielo en tu mirada, 2012; Amor a primera visa, 2013) –que también cuenta con experiencia en series televisivas (Capadocia, 2012; Dos Lunas, 2014)– es una comedia romántica complaciente cuyo único acierto se refleja en las actuaciones de sus protagonistas, principalmente Ochmann, quien posee el carisma suficiente para interpretar a un hombre de negocios aparentemente machista, patán e indiferente, pero que en el fondo es un hombre noble y honesto. Sin embargo, estos dos extremos del personaje son trazados, por el guión y no por culpa del actor, de una manera inverosímil y ridícula, enfatizando el amor que este personaje siente por la música clásica, particularmente su admiración hacia Sergéi Rachmaninov, complejo compositor y pianista ruso que sólo es reducido a “un alma atormentada, un romántico”. El guión, escrito por Issa López (Ladies’ Night, 2003; Niñas mal, 2007; Casi divas, 2008), aborda el tema de la infidelidad de una manera frívola, reduciendo la condición del hombre a la de un animal, y colocando sobre un pedestal la figura de la mujer treintañera que, por culpa del género masculino, se encuentra hundida laboral y sentimentalmente. Hay un uso exacerbado de product placement –los primeros minutos de la película son una especie de un malogrado detrás de cámaras de cómo se realizan comerciales–. A lo largo del filme se percibe una intención de representar la frivolidad que existe en el mundo de la publicidad y la televisión y, aunque de inicio esto podría resultar transgresor debido a la participación de actores y actrices pertenecientes a este ámbito, A la mala cae en esa misma capa de superficialidad que pretende juzgar, por lo que el tono de autoparodia –la película incluye una breve participación de Eugenio Derbez precisamente manteniendo un diálogo con el personaje que interpreta Aislinn, su hija– resulta fallido.
LFG (@luisfer_crimi)
Fecha de estreno en México: 27 de febrero, 2014.