Ryan (Chris J. Murray) y Emily (Brit Shaw) son un joven matrimonio que se muda, junto con su pequeña hija Leila (Ivy George), a una casa en Santa Rosa, California. Preparándose para celebrar la Navidad, reciben la visita del hermano de Ryan, Mike (Dan Gill), y de la hermana de Emily, Skyler (Olivia Taylor Dudley). Un día Mike encuentra en la casa una caja con una antigua videocámara y cintas pertenecientes a los anteriores inquilinos. Al probar la cámara, se percatan de que ésta es capaz de captar fenómenos y presencias imposibles de percibir a simple vista. Este hallazgo coincide con extraños cambios de comportamiento por parte de la pequeña Leila, que empieza a caminar dormida por las noches, además de realizar siniestros dibujos y referirse constantemente a un amigo llamado Toby. Pronto se verá que todas esas manifestaciones están relacionadas con un espíritu demoniaco que pondrá en jaque a la familia.

La sexta y última entrega de la franquicia de Actividad Paranormal, que marca el debut como director de Gregory Plotkin, incorpora como novedad la visualización en 3D de una historia que, por lo demás, se limita a repetir la fórmula del subgénero de terror found footage que constituye el sello de esta saga. A primera instancia, la elección del 3D parece una medida incongruente con el formato del “metraje hallado”, pues implica una manipulación de la imagen que contradice la premisa de que el espectador se ha de enfrentar directamente –sin mediación narrativa– a las grabaciones realizadas por los propios protagonistas. Lo cierto es que, dentro de su artificialidad, este recurso magnifica los efectos que esta franquicia ha perseguido a lo largo de los años: provocar sustos a partir de estímulos meramente técnicos –la combinación de sonidos estridentes con imágenes inquietantes, apareciendo en el momento justo para hacer saltar al espectador–, antes que por la capacidad de una trama para sugerir situaciones verdaderamente terroríficas en su sustancia narrativa. En este sentido,  la espectacularidad visual que puede llegar a tener por momentos esta propuesta, contrasta con un guión flojo, lleno de contradicciones y altamente previsible, cuyos únicos guiños de interés –la alusión a paradojas temporales para intentar conectar con elementos y personajes de las anteriores entregas– se evaporan de inmediato para ser absorbidos por la auténtica apuesta del filme: el total y absoluto efectismo.

Fecha de estreno en México: 23 de octubre, 2015.