Ryan (Jake Johnson) y Justin (Damon Wayans Jr.) son dos treintañeros instalados en Los Ángeles que no han cumplido sus objetivos. El primero no logró consolidarse como mariscal de campo de futbol americano colegial debido a una lesión; el segundo, es diseñador de videojuegos, pero sin ser tomado en cuenta en la compañía que trabaja. Una noche asisten a una fiesta de disfraces organizada por sus excompañeros del colegio. En realidad se trata de una mascarada, pero Ryan y Justin se disfrazan de policías. Al percatarse de sus fracasos comparándolos con los éxitos de sus compañeros, ambos abandonan la fiesta. Caminando por las calles con sus uniformes, se percatan que reciben mucho más respeto y admiración que cuando son ciudadanos comunes y corrientes. La pequeña broma adquiere mayores dimensiones cuando Ryan está dispuesto a asumirse como un oficial, desconociendo todos los riesgos y peligros del oficio, incluyendo peligrosos operativos contra mafiosos rusos y agentes corruptos.
Agentes del desorden (Let’s Be Cops, 2014) es un filme mediocre que busca capitalizar el éxito de la franquicia Comando especial (21 Jump Street, 2012; 22 Jump Street, 2014), pero sin la creatividad y agudeza suficiente para conseguirlo. La película se asume como estrafalaria e irreverente, pero de ello queda muy poco; depende de la ejecución de risas por parte de los personajes para que el público sepa que es una broma (chistosa y que por lo tanto debe reírse). Peor aún, se emplea el recurso barato e innecesario de exhibir los bellos cuerpos de mujeres bailando en bares y fiestas o incitando al acto sexual arriba de un sofá para mantener la atención del público. Existen sátiras irreverentes y bien ejecutadas sobre la indisciplina policiaca como Police Academy (1984) o Hot Fuzz (2007), pero Agentes del desorden no formará parte de sus filas.
LFG (@luisfer_crimi)
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Fecha de estreno en México: 8 de enero, 2015.