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Un lunes por la mañana, el joven Nin (Hoze Meléndez) asiste a su primer día de trabajo en uno de los almacenes de Salvaleón, una empresa dedicada a la fabricación y venta de astas y mástiles de aluminio. Ahí, él recibirá durante una semana la capacitación para hacerse cargo de la bodega debido a que Lino (José Carlos Ruiz), hasta ese momento el responsable del enorme almacén, está a punto de jubilarse.

En sus largometrajes anteriores, Jack Zagha Kababie (Adiós mundo cruel, 2010; En el último trago, 2014) pretendía crear momentos de solemnidad en tramas plagadas de un humor variopinto que oscilaba desde la ironía muy fina hasta el chiste obvio y simplón. Sin embargo, ahora, en Almacenados (2015), las dosis de humor son controladas, no caen en la exageración y ayudan a que la crítica social que se plantea adquiera mayor fuerza. Esto se debe también a que el guionista del filme es el dramaturgo español, David Desola, que se encargó de adaptar su exitosa obra de teatro en el terreno del cine. La palabra “almacenados” hace referencia al sitio para resguardar cosas y también a los dos personajes que invierten mucho tiempo al interior de esta bodega; estamos ante un comentario incisivo sobre la vida laboral de aquellas personas que han sido tomadas como mercancía, depositadas en un almacén y que, cuando llega el día de su jubilación, siguen sin ser tomados en cuenta como leales trabajadores. Uno de los grandes méritos de Jack Zagha Kababie es su capacidad para representar mediante planos abiertos el espacio, un escenario minimalista y austero -casi vacío-, que representa el tiempo perdido, el sinsentido de la vida, lo absurdo de lo cotidiano y la aproximación a la nada. De esta manera, Almacenados -tanto el texto teatral como la película- recibe cierta influencia de Esperando a Godot, de Samuel Beckett, al representar las dinámicas absurdas de dos opuestos que se sumergen en una interminable espera. El filme es un cuestionamiento hacia aquellos que se asumen como responsables trabajadores cuando simplemente su labor es hacerse tontos mientras pasan las ocho horas de su jornada laboral. Gran parte del humor se desprende de la brecha generacional que existe entre Nin y Lino, en sus modos de pensar y en las absurdas percepciones que tienen sobre el significado del trabajo, la responsabilidad y el tiempo libre.

Minicrítica realizada durante el Festival Internacional de Cine de Morelia 2015

Fecha de estreno en México: 19 de mayo, 2017.

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