Después de años de compromiso, convivencia y amor, Marianne (Laetitia Casta) decide terminar su relación con Abel (Louis Garrel) porque espera un hijo de Paul, el mejor amigo de Abel. Sin lágrimas, pero aturdido, su rostro tiene una expresión de asombro y tristeza; sale de la casa y cae por las escaleras. Ocho años después, Abel se reencuentra con Marianne durante el funeral de Paul. Los dos vuelven a estar juntos. Sin embargo, Abel debe defenderse de las atenciones de Eva (Lily-Rose Depp), la hermana de Paul que siempre se sintió atraída por el amigo de su hermano y ahora lo quiere a toda costa. También debe enfrentar la hostilidad del hijo de Marianne, Joseph (Joseph Engel), quien está celoso e insinúa que Abel envenenó a su padre. A partir de estas situaciones, para el protagonista, se delinea un laborioso itinerario de investigación interna durante el cual será llevado a cuestionarse sobre el misterio de lo femenino, el amor y la vida en pareja.
Las vacilaciones, las preocupaciones y los miedos de la vida de la pareja, el desamor, las traiciones, los abandonos, los traumas de la ruptura amorosa, las relaciones entre padres e hijos: estos siempre han sido los temas centrales de la filmografía de Philippe Garrel. Y son los temas los que regresan en este segundo largometraje, como director, de Louis Garrel (Les deux amis; 2015), quien, al igual que en varios relatos de su padre, se centra en un triángulo amoroso, pero desprovisto de tintes dramáticos, incluso, el prólogo de Amante fiel (L'homme fidèle, 2018) posee la gracia ingeniosa y algo obsoleta de aquellos cortometrajes con los que, hacia fines de los años cincuenta, François Truffaut y sus compañeros comenzaron a incursionar en el cine. Garrel hijo no parece interesado en la dimensión de lo trágico, en registrar el sufrimiento, sino que opta por la ligereza y el humor. El filme conserva la ligereza festiva, la elegancia sutilmente burlona, la textura rítmica ágil de un vodevil de otros tiempos. Garrel ha asimilado bien la lección de los maestros de la ‘nouvelle vague’. Y si el colorido thriller de la historia puede hacer pensar en Claude Chabrol, el desarrollo del triángulo amoroso, el discurso sobre el deseo, la relación con lo femenino está más en sintonía con Éric Rohmer. El protagonista del relato es un joven vulnerable, torpe e irresoluto (incluso en el restaurante no puede decidir entre los platos del menú), incapaz de mantener el control sobre los eventos que le conciernen y de relacionarse, de una manera adulta, con una mujer que, a sus ojos, se revela como un universo enigmático y esquivo (y por esto muy fascinante). Las dos mujeres que compiten por el hombre objeto en la película, al volver a proponer y actualizar los roles de "elegida" y "seductora" que pertenecían a los Cuentos morales rohmerianos, exhiben los rostros antitéticos y complementarios de una feminidad inquietante en su determinación gélida. No sufren las dudas del hombre, sino que las explotan a su favor recurriendo a la manipulación y al engaño. Abel, el hombre fiel enamorado pero indeciso, debe ser entregado a las manos de una mujer indomable y victoriosa; en su sumisión, paradójicamente se encuentra el camino a su salvación. Vida y muerte, eros y tanatos, visibles e invisibles (la figura de Paul es emblemática, una presencia-ausencia que percibimos en cada escena de la película sin verlo físicamente en ningún momento del filme), deseo y saciedad, lealtad e infidelidad, los lazos sanguíneos y no sanguíneos, la familiaridad y la extrañeza se entrelazan en un intercambio continuo a lo largo de la historia.
Fecha de estreno en México: 16 de agosto, 2019.
Consulta horarios en: Cinépolis, Cinemex, Cineteca Nacional