Conscientes del poder maligno que reside en la muñeca Annabelle, los demonólogos Ed (Patrick Wilson) y Lorraine (Vera Farmiga) han devuelto el juguete a su casa, encerrándola dentro de una caja de cristal con advertencias específicas de que nunca se le debe molestar. Un año después, Ed y Lorraine deben irse durante el fin de semana, confiando a su hija, Judy (Mckenna Grace), al cuidado de la adolescente responsable Mary Ellen (Madison Iseman). Mientras que la niñera planea algo especial para el próximo cumpleaños de Judy, su amiga, Daniela (Katie Sarife) decide unirse a la diversión, solo que ella está más interesada en husmear en la casa, terminando dentro del sótano cerrado donde Ed y Lorraine mantienen una vasta colección de objetos malditos. Haciendo contacto con Annabelle, dejando la vitrina abierta, Daniela libera el mal dentro de la casa, obligándola a enfrentar sus traumas y dolores más profundos. Mientras que Judy es sensible a los poderes que se avecinan, Mary Ellen trata de luchar contra los espectros invasores, enfrentándose a la necesidad de Annabelle de reclamar un alma.
A lo largo de seis años y siete películas, la franquicia de El conjuro (The Conjuring) decidió tomar los casos de los investigadores de lo paranormal Ed y Lorraine Warren como principal inspiración para fabricar un universo cinematográfico compartido de escisiones, secuelas y precuelas de terror. Ahora, el guionista de Annabelle (2014) y Annabelle: Creation (2017), Gary Dauberman, es promovido a la silla del director para Annabelle 3: Viene a casa (Annabelle Comes Home, 2019), y hace un notable esfuerzo por restaurar el terror psicológico empleado por James Wan al inicio de este universo, haciendo a un lado el gore explícito y recurriendo mínimamente a los ostentosos efectos visuales que muchas veces trabajan en detrimento de la atmósfera siniestra. Dauberman se adhiere a lo básico del relato de un grupo de personas aterrorizadas en habitaciones pequeñas y acechadas por un ente vengativo. En este filme, la muñeca es utilizada como una especie de imán para los espíritus malignos, no como una herramienta de posesión, permitiendo la llegada de múltiples fantasmas que están sufriendo y que buscan asesinar a cualquiera a la vista. El truco es sencillo, pero divertido, y le da a Dauberman la oportunidad de explorar demonios adicionales; por ejemplo, The Ferryman, un poltergeist que mantiene a los muertos (con monedas colocadas en sus ojos) cerca. Annabelle se encuentra mucho más pasiva esta vez, haciendo periódicas, inquietantes y fascinantes apariciones en rincones sombríos y debajo del edredón de Judy, mientras otras criaturas se encargan del trabajo pesado. Una nueva adición a este mundo es un hombre lobo, que aparece en la niebla, aterrorizando a Bob (Michael Cimino), un gentil adolescente enamorado de Mary Ellen, que elige la noche equivocada para acercarse a la joven. En algunos momentos, el uso de CGI no es tan eficaz, ya que los momentos de tensión funcionan mucho mejor con sutiles trucos visuales y logros de maquillaje. Al igual que en otros de sus guiones previos -incluyendo It (2017) y The Nun (2018), Dauberman vuelve a explorar el tema del duelo y cómo el trauma emocional o el aislamiento pueden hacer que las personas sean susceptibles de ser atacadas por fuerzas exteriores. Quizá no ofrece una nueva perspectiva sobre el tema, pero tiene un impacto emocional instantáneo debido a que es la primera película de la franquicia que se lleva a cabo en el transcurso de una sola noche, y su ritmo es mucho más estable.
Fecha de estreno en México: 27 de junio, 2019.