Vicente (Agustín Silva) es un joven extrovertido que tiene la facilidad de conocer gente y hacer nuevas amistades. Durante una noche, después de crear vínculos superficiales con otros jóvenes que fingen ser sus nuevos amigos, Vicente se emborracha, besa a varias chicas, roba fuegos artificiales y transita de una fiesta a otra. Sin embargo, en la madrugada, mientras está a bordo del automóvil con los otros jóvenes, ocurre un terrible accidente. En la mañana siguiente le notifican que un hombre, padre de tres hijos, fue atropellado; Vicente, incapaz de ordenar sus recuerdos debido a la resaca, es acusado de haber sido el conductor aquella noche. El joven comienza una lucha legal para defenderse de las acusaciones, y una lucha personal para poder reconstruir los sucesos de aquella noche.
En su más reciente filme, el joven realizador chileno, Alejandro Fernández Almendras (Matar a un hombre, 2014), revisita un caso real que causó un gran revuelo en los medios de comunicación de su país –un accidente automovilístico ocasionado por la irresponsabilidad del hijo de un poderoso político chileno– para retratar las complejidades del concepto de justicia cuando ésta se ve acechada por el poder, el dinero, la manipulación y el tráfico de influencias. Pero este macrocosmos social es transmitido mediante el microcosmos de Vicente, un joven que, a pesar de la situación que atraviesa, parece alegremente separado del problema; un tanto indiferente y despreocupado por la resolución del juez, “Vicho” vive ensimismado en su teléfono celular, viendo videos sosos de YouTube y enviando mensajes a su novia; éstos últimos aparecen en pantalla en una intención de sugerir la manera en que esta generación vive inmersa en las redes sociales como una catarsis para desquitar sus enojos y cauterizar sus emociones.
Consulta horarios en: Cineteca Nacional
Fecha de estreno en México: 9 de diciembre, 2016.