Carlos Cuarón crea otra vez un cuento de aventuras basado en la relación de dos personajes centrales. Esta vez, son dos pubertos enamorados. La historia se sitúa en el corazón de Tepito, fotografiado en la amplitud de sus laberintos de miseria económica y moral sin dejo de culpas burguesas, y refrescado con sonatas deBeethoven. El niño es hijo de una policía corrupta. La niña, de una líder del ambulantaje pornográfico quien cuenta, entre sus protegidos, con el padrastro de su calenturiento pretendiente. La interacción entre la redondez de los personajes, con la exageración que los actores ponen en sus caracterizaciones, sobre todo los adultos, hacen que el homenaje a Los 400 golpes se desvanezca y que la historia de Romeo y Julieta se quede en estampilla, sin demasiada tragedia.
SOR (@SofOchoa)