David Raskin (Jonny Weston) busca desesperado algún legado de su padre, un excientífico, para poder pagar la colegiatura del MIT donde acaba de ser aceptado sin beca; y junto con su hermana Christina (Virginia Gradner), encuentra un video de diez años atrás: la celebración de su séptimo cumpleaños y el día de la muerte de su padre. Un detalle salta a la vista: el David del presente está en la fiesta. Intrigados, los hermanos, junto con los mejores amigos del joven, Goldberg (Sam Lerner) y Adam (Allen Evangelista), buscan una explicación racional sobre el suceso y encuentran un archivo del padre de David con lo que parecen ser los planos para armar una máquina del tiempo. A la ecuación del padre ausente y los viajes temporales, se suma la chica popular de la escuela, Jessie (Sofia Black-D’Elia), el objeto del afecto del protagonista; así, los jóvenes emprenden pequeños saltos en el pasado para mejorar sus vidas sociales en la preparatoria: como pasar un examen de química, ganar la lotería, ir al festival de Lollapalooza, vengarse de la gente que los bullea, y conquistar a la chica de sus sueños. La lección para el protagonista es entender que no se puede jugar a ser Dios o, en sus palabras: “No existen segundas oportunidades”.
Lo anterior suena interesante pero la manera en que el novel director, Dean Israelite, decidió abordar el tema es trillada y decepcionante; hasta se puede decir que refleja o que es una extensión de los proyectos que suele realizar uno de sus productores: Michael Bay (Tortugas Ninja, 2014). Nuevamente estamos ante contenido para adolescentes bajo el género del falso documental, que intenta conseguir el éxito de Proyecto X (2012), quedándose a medio camino. La primera parte es entretenida, la presentación de David y cómo filma su carta de motivos para conseguir la beca en el MIT es ingeniosa, y refleja las prácticas culturales y de consumo de los adolescentes: como el grabarlo todo y publicarlo a través de las redes sociales, o las tan cuestionadas selfies. Y los momentos en que el grupo de amigos experimenta con la máquina del tiempo son francamente divertidos. Pero en la segunda mitad de la película, la trama pasa de comedia a melodrama… y del malo; incluso series con la misma manufactura como Misfits, Glee o The Vampire Diaries, son más ingeniosas e interesantes. La película carece de corazón y las resoluciones dramáticas son inverosímiles. Cada vez que usan la máquina, los personajes mencionan películas y series de culto donde el salto en el tiempo es el eje de la historia: Looper (2012), Groundhog Day (El día de la marmota, 1993), Time Cop (1997), Dr. Who (2014); lo curioso es que Bienvenidos al ayer no se molesta en seguir algunas de la reglas de verosimilitud de sus referencias.
MSR (@mkesaucedo)
Fecha de estreno en México: 6 de marzo, 2015.