Luego de resultar positiva la prueba de embarazo y perder su empleo debido a una peculiar manía de robar objetos -a veces de poco o nulo valor económico- al interior de la oficina de su tío (Juan Carlos Colombo), una joven habitante de la Ciudad de México llamada Martina (Sofía Espinosa) se siente abrumada por los eventos del presente y confundida con las direcciones que debe tomar su vida hacia el futuro. Aunado a ello, la joven debe lidiar con el desequilibrio emocional de su madre (Claudette Maillé) y discutir constantemente con su novio, Agustín (César Ramos), quien no tiene idea de lo que atraviesa su pareja. Como si se tratara de un acto reflejo para evitar confrontar los obstáculos y prolongar la toma de decisiones fundamentales, ella decide comprar un boleto de avión rumbo a Berlín con la intención de despejar su mente y conocer los orígenes del padre al que nunca conoció. Instalada en la ciudad alemana, Martina comienza a deambular por las calles, restaurantes, bares y centros nocturnos con el anhelo de reunir las pistas necesarias para seguir su búsqueda. En el camino conoce a la solidaria Esther (Esther Maria Pietsch) y al afable Angel (Dieter Rita Scholl), quienes hacen un esfuerzo por tratar de orientar no sólo a la turista que geográficamente parece perdida, sino a la mujer indecisa y titubeante.
En Bruma (2017), su segundo largometraje de ficción, el realizador mexicano nacido en Uruguay, Max Zunino (Los bañistas, 2014), utiliza el embarazo de una joven como un catalizador para trazar un relato intimista sobre la búsqueda de la identidad. Con una cámara en mano, escasa iluminación artificial y recurriendo a primeros planos -o en otras ocasiones a los planos dorsales o semisubjetivos para apreciar las acciones como si estuviéramos detrás del personaje-, seguimos los recorridos de Martina, los riesgos y las alegrías de inmiscuirse en un espacio ajeno, que recién descubre no por interés, sino como estrategia para olvidar pasajeramente sus problemas, pero que poco a poco deja de ser un escenario para mutar en un personaje más de la historia. Con decoro y circunspección, Sofía Espinosa interpreta a una joven a veces impulsiva, por momentos irresponsable, e incluso inestable, sumergida en una avalancha de deseos y expectativas que se le salen de las manos, pero con la convicción de replantear su lugar en el mundo. En este sentido, la improvisación -como estrategia estética para descubrir los alcances de la ficción y la realidad- le permite a la actriz desenvolverse con plena libertad y naturalidad para crear un personaje auténtico y verosímil, al mismo tiempo que desarrolla conversaciones espontáneas y extensas con aquellos que la rodean.
Fecha de estreno en México: 5 de abril, 2019.
Consulta horarios en: Cinépolis, Cinemex, Cineteca Nacional