Faltan pocos días para que el huracán Mark toque tierra en la península de Baja California. A pesar de las notas informativas y los avisos de las autoridades, el impacto de este fenómeno natural no le interesa a Emilia (Tessa Ia), una joven enferma terminal que vive recluida entre medicamentos, inyecciones y tratamientos en un hospital de Tijuana. Un día, ella recibe la visita de su mejor amiga, Violeta (Camila Sodi), sólo para llevar a cabo una huida que desde hace días habían planeado. A bordo de un viejo automóvil, las dos jóvenes emprenden un viaje hacia el sur con la intención de llegar a las playas de Punta Balandra, una de las regiones predilectas de Emilia. En el trayecto deciden ayudar a Mark (Luis Gerardo Méndez), un enigmático hombre que se encuentra solo y abandonado en la carretera. Después de varios intentos por establecer comunicación con el callado y sereno hombre, éste les revela que proviene de otro planeta y que ha llegado a la Tierra para cumplir una importante misión.
Camino a Marte (2017), cuarto largometraje de ficción del realizador mexicano, Humberto Hinojosa Ozcariz (Oveja negra, 2009; I Hate Love, 2012; Paraíso perdido, 2016), es una road movie con pinceladas de ciencia ficción sobre tres jóvenes inmersos en un escenario preapocalíptico que, además de ser orillados a confrontar sus miedos, inseguridades y vergüenzas, deben comprender el valor de la comunicación y la confianza para confrontar de manera digna la muerte. El director insiste en arropar a su protagonista con actitudes de iluminación espiritual –elevarse sobre una enorme roca, comunicarse con un caballo para liberarlo, meditar bajo el agua, provocar una explosión con la mente, utilizar el tacto para descubrir el pasado del otro–, pero este recurso deviene artificial y sentimental. Mark es interpretado por Luis Gerardo Méndez con frialdad y desapego hacia los sentimientos y rencores de los seres humanos, estrategia oportuna para representar a un ser llegado de otro planeta. Además, él funciona como un agente de reflexión y conciencia generando fricciones entre las dos amigas que, en ese viaje, se redescubren mutuamente, al mismo tiempo que dudan de las certezas y seguridades que creían tener respecto al funcionamiento del mundo. Camino a Marte es un intento por explorar los valores y los prejuicios que los individuos emplean para juzgar a los que son diferentes, pero la resolución, en última instancia, sólo busca exaltar de manera sentimentaloide el amor y la compasión como las mayores virtudes de la humanidad.
Fecha de estreno en México: 1 de diciembre, 2017.